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¡Bienvenido a Aromacosmética! Soy biólogo y especialista en química cosmética con una amplia trayectoria en formulación natural y aromaterapia científica. Durante años he profundizado en el estudio de los aceites esenciales y la cosmética natural, desde la perfumería hasta la dermocosmética. Aquí aprenderás a crear fórmulas efectivas con ingredientes puros. Descubre, aprende y transforma tu rutina con lo mejor de la naturaleza.

viernes, 28 de febrero de 2025

Piel grasa y aceites vegetales: ¿Aliados inesperados o un error imperdonable?"

Si tienes la piel grasa, seguramente has escuchado advertencias como: “¡Nunca uses aceites en una piel grasa, te llenarán de granos!”, “Si tienes acné, evita cualquier aceite, solo te obstruirá los poros” o el clásico “Los aceites son para piel seca, no para pieles con exceso de grasa”.

Parece un consejo lógico, ¿verdad? Si tu piel ya tiende a ser oleosa, lo último que querrías hacer es añadir más aceite a la ecuación. Pero, ¿y si te dijera que esta creencia no es del todo cierta?

Si crees que la piel grasa debe evitar los aceites vegetales, te sorprenderá descubrir que la realidad es completamente diferente.

La clave no está en huir de ellos, sino en saber elegir los adecuados. Aplicados correctamente, ciertos aceites pueden ayudar a equilibrar la piel, regular la producción de sebo e incluso mejorar su salud. En este artículo te contaré cuáles son los que realmente benefician la piel grasa, cómo identificarlos y por qué podrían cambiar tu rutina de cuidado facial.

Algunos aceites vegetales contienen una alta proporción de ácido linoleico, un componente esencial en la composición del sebo humano. Su déficit se ha relacionado con una mayor viscosidad del sebo y una tendencia a la obstrucción de los poros, lo que puede derivar en brotes de acné. Las pieles grasas suelen tener hasta un 32% menos de ácido linoleico en su sebo natural en comparación con las pieles normales o secas, lo que provoca un sebo más espeso y pegajoso, favoreciendo la obstrucción de los poros y la proliferación de Cutibacterium acnes.

Elegir aceites con una alta concentración de este ácido graso, como el de semilla de uva o cártamo, puede ayudar a restaurar el equilibrio cutáneo, favoreciendo una producción de sebo más fluida y menos propensa a causar imperfecciones.

La ciencia respalda este enfoque. Estudios como el publicado en Skin Research & Technology (2012) han demostrado que el aceite de jojoba puede reducir la producción de sebo en piel grasa, mientras que investigaciones en International Journal of Molecular Sciences (2018) confirman que los aceites ricos en ácido linoleico mejoran la función barrera de la piel sin obstruir los poros.

Entonces, ¿es un error imperdonable aplicar aceites vegetales en piel grasa o hay aceites que pueden convertirse en aliados inesperados? ¿Cómo diferenciar un aceite beneficioso de uno que podría empeorar el problema?

En este artículo desmontamos mitos, revisamos la evidencia científica y te explicamos qué aceites pueden ser un acierto y cuáles evitar para que tu piel grasa se beneficie sin riesgos. ¡Sigue leyendo y descúbrelo!

 ¿Cómo elegir un aceite vegetal para piel grasa?

Antes de aplicar cualquier aceite en la piel grasa, es fundamental analizar ciertos factores que determinarán si ese aceite puede ser beneficioso o si, por el contrario, terminará obstruyendo los poros o causando un exceso de brillo.

1-Comedogenicidad.

La clave para evitar obstrucción de poros. El factor más importante a analizar.

La comedogenicidad es la capacidad que tiene un aceite de obstruir los poros y favorecer la formación de comedones (puntos negros y espinillas).

Para elegir el aceite adecuado, se utiliza la escala de comedogenicidad, que clasifica los aceites del 1 al 5 según su capacidad de obstruir los poros (siendo 1 el menos comedogénico y 5 el más alto).

·       Valor 0: se considera no comedogénico y por lo tanto no obstruye los poros.

·       Valor 1: muy baja posibilidad de que el aceite obstruya los poros.

·       Valor 2: la sustancia no debería obstruir los poros en la mayoría de los casos, con una posibilidad de moderada a baja.

·       Valor 3: tiene una probabilidad media o moderada de obstruir los poros de la piel.

·       Valor 4: tiende a obstruir los poros de la piel.

·       Valor 5: un aceite con esta clasificación tiene una probabilidad alta de obstruir los poros de la piel. Muy pocas personas pueden tolerar los aceites etiquetados con esta calificación directamente aplicados sobre la piel.

Ahora que conocemos la importancia de la comedogenicidad en la elección de aceites para piel grasa, veamos:

Clasificación de los aceites vegetales más utilizados en cosmética según su grado de comedogenicidad:

·       No comedogénicos: aceite de argánaceite de cáñamo, aceite de girasol, aceite de cártamo, la manteca de karité, manteca de mango.

·    Valor 1: aceite semilla de uva, avellana, babasú, ricino, neem, rosa mosqueta, cera candelilla, lanolina vegetal, cera soja, semilla de brócoli, semilla frambuesa, semilla de granada

·   Valor 2: aceite de albaricoque, almendras, oliva, onagra, jojoba, borraja, semillas calabaza, avellanas, cera de abeja, aceite lanolina, cacahuete, salvado de arroz, babassú, coco fraccionado, comino negro, semilla calabaza, semilla higo chumbo, macadamia.

·       Valor 3: aceite de aguacate, sésamo, papaya, semilla mostaza, maíz, semilla algodón

·       Valor 4: aceite de palma, coco, zanahoria, marula, manteca de cacao

·       Valor 5: aceite de germen de trigo, soja, lino

Para una aplicación directa sobre piel grasa con tendencia a imperfecciones, no se recomienda el uso de aceites de grado 4 y 5, ya que pueden favorecer la obstrucción de los poros. Es fundamental elegir los aceites vegetales basándose en su grado de comedogenicidad, y no únicamente en el tipo de piel.

Por ejemplo, el aceite de argán, aunque comúnmente recomendado para pieles secas por su capacidad nutritiva, tiene un índice de comedogenicidad bajo, por lo que puede utilizarse sin problema en piel grasa sin aportar sensación pesada ni oclusiva.

Sin embargo, es importante aclarar que el hecho de que una fórmula cosmética contenga un aceite comedogénico no significa automáticamente que no sea adecuada para piel grasa o acneica. La comedogenicidad depende de la sinergia de todos los ingredientes y de la formulación final, no solo de un componente aislado.

¿Por qué este apartado es tan detallado?

Como ves, este punto es extenso porque la comedogenicidad es un criterio clave para determinar qué aceites pueden beneficiar o perjudicar una piel grasa.

Un aspecto muchas veces pasado por alto en cosmética, pero comprenderlo permite hacer elecciones más informadas y evitar mitos sobre qué aceites son adecuados según su tipología cutánea.

2-Textura y rapidez de absorción.

No todos los aceites vegetales se comportan igual sobre la piel. Algunos son ligeros y de rápida absorción, mientras que otros son densos y tardan más en integrarse, dejando una película más perceptible.

La denominación "ligero" o "pesado" hace referencia a la densidad y viscosidad del aceite: los aceites más densos son considerados pesados, mientras que los más fluidos son ligeros. Por lo general, los aceites ligeros se absorben mejor, aunque existen excepciones que dependen de su composición química y estructura molecular.

En pieles grasas, suele ser preferible optar por aceites secos o semisecos, que aportan nutrición sin generar pesadez. La densidad del aceite no solo influye en la sensación en la piel, sino también en la consistencia final de un cosmético, afectando su untuosidad y absorción.

Sin embargo, es importante recordar que la textura de un aceite no determina su capacidad de obstruir los poros, sino que simplemente influye en cómo se siente en la piel. Un claro ejemplo podría ser la manteca de karité no es comedogénica y tiene un valor de oclusividad medio, o el de rosa mosqueta no comedogénico y no oclusivo

Para entender mejor este aspecto, es necesario hablar de la oclusividad.

4- Oclusividad.

¿Es realmente un problema para la piel grasa?

La oclusividad es la capacidad de un aceite o ingrediente cosmético para formar una barrera sobre la piel, evitando la evaporación del agua transepidérmica (TEWL, Transepidermal Water Loss). Esto ayuda a mantener la hidratación y proteger la barrera cutánea frente a agresores externos.

Muchas veces se asocia la oclusividad con la obstrucción de los poros, pero esto es un error. Un aceite puede ser altamente oclusivo sin ser comedogénico, del mismo modo que un aceite ligero puede favorecer la aparición de comedones si su composición no es adecuada para piel grasa.

¿Pueden las pieles grasas usar aceites oclusivos?

Sí, siempre que no sean comedogénicos. La oclusividad en sí no es un problema para la piel grasa, ya que solo afecta a la percepción sensorial del producto en la piel, no a su impacto en los poros.

El único aspecto que realmente debe preocupar a una piel grasa es la comedogenicidad. Esta es la propiedad que determina si un aceite puede obstruir los poros y favorecer la formación de comedones.

Conclusión:

  • La oclusividad no es negativa para la piel grasa. Su efecto es principalmente sensorial, afectando solo la sensación del producto en la piel.
  • Una piel grasa puede usar aceites oclusivos sin problema, siempre que estos no sean comedogénicos.
  • El verdadero factor a evitar en piel grasa es la comedogenicidad, no la oclusividad.

En definitiva, si un aceite oclusivo no te resulta incómodo y es no comedogénico, puedes usarlo sin problemas en piel grasa. Aunque si realmente no te gusta la sensación grasa de un aceite puedes buscar los menos oclusivos. A estas alturas ya sabes que la oclusividad, solo es cuestión de sensaciones.

5-Equilibrio entre ácidos grasos.

Para ser más rigurosos y saber las propiedades de un aceite vegetal, debemos analizar su composición en ácidos grasos, ya que son los que otorgan las características finales al aceite vegetal. Así, y en función del tipo de ácidos grasos que tenga un aceite vegetal, podemos predecir sus propiedades (comedogenidad, oclusividad…etc).

Para una piel grasa: más linoleico, menos oleico.

Las pieles grasas suelen tener déficit de ácido linoleico, un tipo de ácido graso esencial que ayuda a equilibrar la producción de sebo. Los aceites ricos en ácido linoleico (omega-6) pueden mejorar la textura de la piel y reducir el riesgo de brotes de acné.

Dos tablas que nos informan de los ácidos grasos:

OCLUSIVIDAD DE LOS ÁCIDOS GRASOS

Ácido palmítico, esteárico, oleico 

Absorción lenta

Ácido linoleico, alfa y gama linolénico

Absorción rápida

Por tanto, cuando queramos saber la capacidad de oclusión de un aceite vegetal nos fijaremos que en la tabla anterior.

En la siguiente tabla, te indico los aceites vegetales más ricos en ácido linoleico:


4-Propiedades adicionales: Antibacterianas y antiinflamatorias.

Algunos aceites tienen propiedades naturales que pueden ser beneficiosas para pieles grasas con tendencia acneica.Tienen propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a reducir la proliferación de Cutibacterium acnes, la bacteria asociada al acné.

Los ácidos grasos presentes en los aceites vegetales desempeñan un papel crucial en sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. Entre los más destacados se encuentran:

  • Ácido oleico (omega-9): Conocido por sus efectos antiinflamatorios, este ácido graso ayuda a reducir la inflamación y promueve la reparación de tejidos.
  • Ácido linoleico (omega-6): Este ácido graso esencial posee propiedades antiinflamatorias y contribuye a mantener la integridad de la barrera cutánea.
  • Ácido alfa-linolénico (omega-3): Reconocido por sus efectos antiinflamatorios, este ácido graso puede ayudar a reducir la inflamación en la piel.
  • Ácido láurico: Presente en altas concentraciones en el aceite de coco, este ácido graso saturado tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas.

A continuación, se presenta una tabla con algunos aceites vegetales destacados por sus propiedades antiinflamatorias y/o antibacterianas, junto con los ácidos grasos responsables de dichas características:

¿Qué problemas puede causar un aceite inadecuado en pieles grasas?

El uso de aceites vegetales incorrectos en pieles grasas puede generar diversos problemas, entre ellos:

  • Aumento de la producción sebácea: Algunos aceites pueden crear una película oclusiva sobre la piel, haciendo que el sebo natural quede atrapado y se intensifique la oleosidad.
  • Obstrucción de poros y aparición de comedones: Aceites con alta comedogenicidad pueden formar una capa densa sobre la piel, dificultando la eliminación de células muertas y favoreciendo la formación de puntos negros.
  • Brotes de acné inflamatorio: Al bloquear los poros, algunos aceites pueden facilitar la proliferación de bacterias como Cutibacterium acnes, responsables del acné inflamatorio.
  • Sensación de pesadez y brillo excesivo: Muchos aceites son demasiado grasos para pieles con tendencia oleosa, lo que puede generar incomodidad y un aspecto untuoso.

Beneficios de los aceites vegetales no comedogénicos en piel grasa

Cuando se eligen aceites adecuados con baja comedogenicidad, los beneficios para la piel grasa pueden ser significativos:

·       Regulación del sebo: Algunos aceites, como el de jojoba, tienen una composición similar al sebo humano, lo que engaña a la piel y reduce la producción excesiva de grasa.

·       Hidratación sin obstrucción: A diferencia de las cremas pesadas, aceites ligeros pueden hidratar la piel sin bloquear los poros.

·       Acción antiinflamatoria y calmante: Muchos aceites contienen compuestos como ácidos grasos esenciales y antioxidantes que reducen la inflamación y la sensibilidad cutánea.

·       Propiedades antibacterianas: Algunos aceites tienen efectos antimicrobianos naturales, ayudando a controlar la proliferación de bacterias asociadas al acné.

·       Equilibrio del microbioma cutáneo:  Ayudan a fortalecer la barrera protectora de la piel, evitando la deshidratación y protegiéndola de agresiones externas.

Por último, te dejo una tabla de los aceites vegetales recomendados para una piel grasa, en función de; su grado de comedogenidad, su oclusividad, la sensación grasa y su composición. 

ACEITES VEGETALES RECOMENDADOS PIELES GRASAS

Aceite, Comedogenicidad, Peso, Oclusividad, Composición

Características Generales

Almendras (Comedogenidad 2, Pesado, Oclusividad: Media-Alta, 10% Saturados, 65% Oleico, 26% Linoleico)

Protector en pieles secas e irritadas, emoliente, antiinflamatorio, adecuado para dermatitis y eccemas.

Salvado de Arroz (Comedogenidad 2, Pesado, Oclusividad Media, 42% Oleico, 36% Linoleico, 16% Palmítico)

Antioxidante, antiarrugas, calmante, ayuda a despigmentar, ideal para pieles sensibles.

Albaricoque (Comedogenidad 2, Pesado, Oclusividad Baja, 60% Oleico, 30% Linoleico)

Tonificante, nutritivo, hidratante, suavizante, ideal para piel envejecida y sensible.

Avellana (Comedogenidad 1, Ligero, Oclusividad Baja, 75% Oleico, 12% Linoleico)

Emoliente, nutritivo, astringente, mejora la circulación, ideal para pieles grasas y acné.

Babassú (Comedogenidad 1, Ligero, Oclusividad Baja, 40-50% Láurico, 10% Oleico, 4% Linolénico)

Hidratante, antimicrobiano, antioxidante, regenerador, buena absorción sin obstrucción de poros.

Semilla de Brócoli (Comedogenidad 1, Muy Ligero, Oclusividad Baja, 42% Erúcico, 18% Oleico, 15% Linoleico)

Hidratante, calmante, rico en antioxidantes, ideal para rosácea, eccema y dermatitis.

Cáñamo (Comedogenidad 0, Pesado, Oclusividad Baja, 55% Linoleico, 20% Alfa-Linolénico, 12% Oleico)

Antiinflamatorio, regenerativo, antioxidante, ideal para psoriasis y eccemas.

Cártamo (Comedogenidad 0, Ligero, Oclusividad Baja, 75% Linoleico, 15% Oleico)

Hidratante, antiinflamatorio, protege contra daño oxidativo, ideal para pieles sensibles.

Girasol (Comedogenidad 0, Ligero, Oclusividad Baja, 70% Linoleico, 30% Oleico)

Antiinflamatorio, regenerativo, emoliente, útil para pieles enfermas y quemaduras.

Jojoba (Comedogenidad 2, Ligero, Oclusividad Baja, 70% Gadoleico, 30% Erúcico, 10% Oleico)

Regulador sebáceo, mejora el aspecto de piel grasa y mixta, revitalizante, similar al sebo natural.

Onagra (Comedogenidad 2, Ligero, Oclusividad Baja, 74% Linoleico, 10% Gama Linolénico, 7% Oleico)

Muy antiinflamatorio, regenerativo, hidratante, antioxidante, ideal para piel sensible y acné.

Rosa Mosqueta (Comedogenidad 1, Pesado,Oclusividad Baja, 45% Linoleico, 33% Alfa-Linolénico, 15% Oleico)

Regenerador, cicatrizante, antioxidante, ideal para envejecimiento y tratamiento de estrías.

Sésamo (Comedogenidad 3, Ligero, Oclusividad Baja, 43% Linoleico, 40% Oleico)

Antiinflamatorio, regenerativo, emoliente, ideal para psoriasis, eccema y piel seca.

Uva (Comedogenidad 1, Ligero, Oclusividad Baja, 70% Linoleico, 17% Oleico, 10% Gama Linolénico)

Regenerativo, antioxidante, nutritivo, fortalece la piel, disminuye arrugas.

Conclusión final:

El uso de aceites vegetales en piel grasa ha sido históricamente pura controversia, pero la evidencia científica demuestra que seleccionar aceites adecuados con baja comedogenicidad puede aportar beneficios importantes sin causar obstrucción de poros ni empeorar la oleosidad cutánea.

Al optar por aceites ricos en ácido linoleico, de textura ligera y con propiedades reguladoras del sebo, las pieles grasas pueden beneficiarse de hidratación equilibrada, reducción de inflamación y fortalecimiento de la barrera cutánea sin los riesgos asociados a los aceites incorrectos.

Por lo tanto, el mito de que las pieles grasas deben evitar aceites vegetales es falso, siempre y cuando se realice una selección informada basada en sus propiedades y nivel de comedogenicidad.

Pero si, a pesar de la evidencia de sus beneficios, decides no usarlos, por supuesto, es tu elección. Solo estarás dejando pasar un aliado poderoso para el equilibrio y la salud de tu piel.

jueves, 27 de febrero de 2025

Cremas hipoalergénicas: Qué son, cómo identificarlas y para quién están recomendadas

La piel es el órgano más expuesto del cuerpo, y no todas las personas reaccionan de la misma manera ante los ingredientes cosméticos. Por ello, existen las cremas hipoalergénicas, diseñadas para minimizar el riesgo de alergias e irritaciones. Pero, ¿qué significa realmente que una crema sea hipoalergénica y cómo se puede formular en cosmética natural?

El término hipoalergénico se refiere a un producto formulado para reducir al mínimo las probabilidades de provocar alergias en la piel. Esto se logra seleccionando ingredientes con bajo potencial irritante o alergénico, evitando componentes sensibilizantes y diseñando fórmulas suaves y respetuosas con la barrera cutánea.

Importante: Que una crema sea hipoalergénica no significa que no pueda causar alergia en absoluto, ya que cada piel es diferente. Lo que garantiza es que el riesgo de reacción es mucho menor en comparación con otros productos convencionales.

¿Quién y por qué necesita una crema hipoalergénica?

Este tipo de cremas están recomendadas para:

·       Personas con piel sensible o reactiva: Tienden a sufrir rojeces, picor o descamación con productos cosméticos convencionales.

·       Piel con patologías dermatológicas:  Como dermatitis atópica, rosácea o eccema, donde es clave evitar ingredientes irritantes.

·       Pieles en recuperación : Después de tratamientos como láser, peelings químicos o el uso de retinoides.

·       Bebés y niños: Su piel es más fina y delicada, por lo que requiere fórmulas suaves y seguras.

·       Piel sometida a estrés ambiental: Exposición excesiva al sol, contaminación o climas extremos pueden hacer que la piel se vuelva más reactiva.

·       Personas con tendencia a alergias cutáneas: Quienes han experimentado reacciones a ciertos ingredientes cosméticos.

Características de una crema hipoalergénica en cosmética natural.

Para formular una crema hipoalergénica en cosmética natural, se deben seguir una serie de principios que ayuden a minimizar el riesgo de reacciones adversas.

1-Selección de ingredientes suaves y bien tolerados:

·       Aceites vegetales no sensibilizantes: Como aceite de jojoba, escualeno vegetal, almendras dulces o semilla de uva.

·       Emulsionantes suaves y bien tolerados: Como Olivem 1000, Montanov 68 o Protelan ENS.

·       Extractos botánicos calmantes: Como avena, caléndula o manzanilla, que ayudan a reducir la reactividad de la piel.

·       Uso en las formulaciones de aguas florares calmantes: Manzanilla, lavanda, caléndula

2-Evitar ingredientes que puede ser irritantes o sensibilizantes

·       Evitar el uso del aceite esencial de canela (de los pocos que puede llegar a producir algo de irritación, pero solo si lo aplicamos puro. Diluido con aceites vegetales es muy extraño que produzca irritación.

·       Alcoholes secantes y perfumes sintéticos:  Pueden alterar la barrera cutánea y generar sensibilidad.

·       Ingredientes comedogénicos en pieles sensibles: Como aceite de coco puro o manteca de cacao en pieles propensas a acné.

3-Uso de conservantes naturales:

·       Se recomienda utilizar conservantes naturales: Como Leucidal, Dermogenics 1388, Extracto de sauce o el Rokonsal. Evitar los parabenos de la cosmética industrial.

4-Respetar el pH de la piel:

Una crema hipoalergénica debe tener un pH entre 5.0 y 5.5, similar al pH natural de la piel, para no alterar su barrera protectora.

5-Fórmulas sencillas con pocos ingredientes:

Cuantos menos ingredientes, menor es el riesgo de reacción. Una fórmula corta y simple ayuda a reducir la probabilidad de alergias.

Te aconsejo: Antes de aplicar cualquier crema, incluso si es hipoalergénica, es recomendable realizar una prueba en una zona pequeña de la piel (como el antebrazo) para comprobar la tolerancia.

Conclusión: ¿Cómo elegir una crema hipoalergénica realmente eficaz?

No todas las cremas etiquetadas como hipoalergénicas lo son realmente, por lo que siempre es recomendable revisar la lista de ingredientes y hacer una prueba en la piel antes de su uso.

La cosmética natural ofrece opciones hipoalergénicas efectivas, pero no todo lo natural es automáticamente seguro para pieles sensibles.

Una buena crema hipoalergénica debe tener pocos ingredientes, sin perfumes ni conservantes agresivos, y estar formulada con activos suaves y bien tolerados.

Si tienes la piel sensible, ahora sabes qué buscar en una crema hipoalergénica para garantizar su efectividad y seguridad.

 


Coemulsionantes en Cosmética: Cómo lograr emulsiones estables y con la textura ideal

 En el mundo de la formulación cosmética, los emulsionantes juegan un papel esencial para crear cremas y lociones estables. Sin embargo, muchas veces no son suficientes por sí solos, y es ahí donde entran en acción los coemulsionantes.

Si alguna vez te has preguntado por qué algunas cremas mantienen su textura perfecta durante meses mientras otras se separan en capas, en este artículo voy a tratar de dejártelo claro.

Vamos a explorar qué significa estabilizar una emulsión, en qué casos es necesario usar un coemulsionante y cómo actúan para garantizar una formulación duradera, homogénea y sensorialmente agradable. Pero antes quiero aclararte unos conceptos básicos, que te ayuden a entender el artículo.

¿Qué significa estabilizar una emulsión?

Para entender el papel de los coemulsionantes, primero debemos comprender qué es la estabilidad de una emulsión.

Una emulsión es una mezcla de dos líquidos inmiscibles (como agua y aceite) en la que una de las fases está dispersa en la otra gracias a la acción de un emulsionante. Sin embargo, las emulsiones no son estructuras completamente estables, ya que con el tiempo pueden experimentar problemas como:

  • Separación de fases (fase acuosa y oleosa se dividen).
  • Sedimentación de partículas (fase dispersa se acumula en el fondo).
  • Pérdida de textura (la crema se vuelve líquida o se corta).

Un coemulsionante se encarga de reforzar la estabilidad de la emulsión, evitando que estos problemas aparezcan.

En la ilustración anterior se puede observar la Coalescencia en una emulsión cosmética, un ejemplo de inestabilidad: Ocurre cuando las gotas de la fase dispersa (agua en emulsiones W/O o aceite en emulsiones O/W) se fusionan entre sí, formando gotas más grandes y provocando la inestabilidad de la emulsión, lo que puede llevar a la separación de las fases de la emulsión. Esto sucede cuando el sistema emulsificante es insuficiente o la emulsión no está bien estabilizada. Se puede observar cuando apreciamos en un líquido separado de nuestra crema.

¿Cuándo es necesario usar un coemulsionante?

El uso de un coemulsionante depende de la composición de la emulsión. Aquí hay algunos casos en los que es recomendable:

En una emulsión O/W la fase oleosa supera el 25-30%.

Ejemplo: Crema facial para piel seca con 35% de aceites, 64% de agua y 1% de Olivem 1000. Aunque el emulsionante puede estabilizar la fórmula en porcentajes más bajos, aquí la alta fase oleosa podría llevarlo al límite. Añadir 1-2% de alcohol cetílico o estearato de magnesio ayudaría a dar estructura y evitar separación de fases.

Cuando la emulsión es muy fluida (baja viscosidad)

Ejemplo: Loción corporal con 15% de aceites, 84% de agua y 1% de emulsionante. Después de unos días, el producto comienza a licuarse y deja residuos de agua en la piel. Añadir 0,3-0,5% de goma xantana ayudaría a aumentar la estabilidad sin afectar la textura fluida de la leche corporal.

Cuando se utilizan emulsiones W/O con alta fase acuosa.

Ejemplo: Cold cream (W/O) con 50% de aceites y 50% de agua, con 3% de Olivem 900 como emulsionante. Para evitar que la emulsión se rompa, se recomienda añadir 3-5% de cera de abejas para estabilizar la estructura.

Cuando la emulsión estará expuesta a variaciones de temperatura.

Ejemplo: Crema facial con 20% de aceites y 80% de agua, destinada a venderse en climas cálidos. Añadir 1% de goma xantana evita que la emulsión se desestabilice por el calor.

En definitiva, un coemulsionante es necesario cuando llevamos la emulsión al límite del emulsionante, es decir, cuando el emulsionante principal está funcionando en el rango máximo de estabilidad, pero la emulsión sigue siendo vulnerable a la separación, pérdida de textura o falta de viscosidad.

¿Cuándo NO es necesario un coemulsionante?

En algunas formulaciones, el emulsionante principal es suficiente para estabilizar la emulsión, sin necesidad de coemulsionantes. Algunos casos:

Cuando la fase oleosa es baja (menor al 20%)

Ejemplo: Crema facial de día con 15% de aceites, 84% de agua y 1% de Olivem 1000. La fase oleosa es baja y el emulsionante es suficiente para estabilizar la emulsión. No hace falta un coemulsionante.

Cuando la emulsión tiene una buena viscosidad sin refuerzos

Ejemplo: Crema de manos con 25% de aceites y 5% de Olivem 1000. La emulsión ya tiene suficiente cuerpo y estabilidad. Añadir cera de abejas o alcohol cetílico haría que la textura sea demasiado espesa sin necesidad real.

Cuando el emulsionante es altamente efectivo por sí solo

Ejemplo: Algunas emulsiones con Montanov 202 o Olivem 1000 pueden ser completamente estables sin necesidad de coemulsionantes, si la formulación está bien equilibrada. O lo que es lo mismo, tanto las fases oleosa y acuosa, están dentro del rango que puede actuar el emulsionante.

¿Se pueden usar coemulsionantes aunque la emulsión no los necesite?

Sí, además de su función estabilizadora, los coemulsionantes pueden utilizarse para modificar la textura y las sensaciones de la crema, incluso si la emulsión no requiere estabilización adicional. En estos casos, no los empleamos como coemulsionantes propiamente dichos, sino como modificadores sensoriales, para lograr una textura más cremosa, una mayor sedosidad o una mejor extensibilidad.

Ejemplos:

  • Alcohol cetílico (0,5-2%) puede usarse para aportar una sensación más cremosa y densa.
  • Goma xantana (0,1-0,3%) puede dar mayor cuerpo a una emulsión fluida sin afectar su estabilidad.
  • Estearato de magnesio (0,5-2%) puede mejorar la extensibilidad sin cambiar la consistencia de la crema.

Conclusión: Aunque su función principal es la estabilización, los coemulsionantes pueden ser herramientas clave para ajustar la textura final del producto y mejorar su experiencia sensorial en la piel.

Tabla de Coemulsionantes Naturales y su Función en la Estabilización.

Conclusión final: ¿Los coemulsionantes son imprescindibles?

  • No siempre es necesario usarlos, pero pueden ser clave en emulsiones que requieren mayor estabilidad y textura.
  • Su función depende de la formulación, y un exceso puede hacer que la emulsión sea demasiado densa o difícil de aplicar.
  • La clave está en encontrar el equilibrio, entendiendo cuándo realmente se necesita un coemulsionante y cuándo el emulsionante principal es suficiente.

Si estás formulando una crema y quieres que sea más estable, más cremosa o más fácil de aplicar, ahora ya sabes cómo elegir el coemulsionante ideal. ¡Experimenta y encuentra el equilibrio perfecto para tu emulsión!

Para acabarlo de entender te recomiendo que leas mi artículo:

“https://aromacosmetica.blogspot.com/2025/02/la-clave-de-la-formulacion-perfecta.html”