AromaCosmética: piel grasa

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¡Bienvenido a Aromacosmética! Soy biólogo y especialista en química cosmética con una amplia trayectoria en formulación natural y aromaterapia científica. Durante años he profundizado en el estudio de los aceites esenciales y la cosmética natural, desde la perfumería hasta la dermocosmética. Aquí aprenderás a crear fórmulas efectivas con ingredientes puros. Descubre, aprende y transforma tu rutina con lo mejor de la naturaleza.
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martes, 11 de marzo de 2025

Capitulo-3: Piel grasa cómo cuidarla y entender su equilibrio natural

En el anterior capítulo expliqué que la piel seca sufre por la falta de lípidos, lo que debilita su barrera protectora y la hace más sensible. Sin embargo, en el otro extremo, encontramos la piel grasa, donde el exceso de sebo puede traer consigo problemas muy distintos.

Si bien la grasa tiene un papel clave en la protección e hidratación de la piel, un desequilibrio en su producción puede provocar brillos, poros dilatados e incluso imperfecciones. Pero, ¿es realmente algo negativo o solo mal entendido?

En el siguiente artículo, exploraremos en profundidad las características de la piel grasa, sus necesidades cosméticas y cómo cuidarla de forma efectiva sin eliminar lo que realmente necesita.

Características de la piel grasa.

La piel grasa se caracteriza por una producción excesiva de sebo por parte de las glándulas sebáceas. Este exceso se traduce en un aspecto brillante, poros dilatados y la presencia de lesiones inflamatorias como espinillas y puntos negros. La sobreproducción de grasa puede obstruir los poros, favoreciendo la formación de comedones y posibles infecciones que pueden dejar cicatrices en la piel.​


Calidad de los lípidos en la piel grasa

No solo la cantidad de sebo influye en la salud de la piel, sino también su composición lipídica. El sebo está formado por triglicéridos, escualeno, ésteres de cera y ácidos grasos libres, cuya proporción puede determinar si la piel se mantiene equilibrada o desarrolla problemas cutáneos.

Una alteración en estos lípidos puede debilitar la función barrera, favoreciendo la inflamación, la obstrucción de los poros y la proliferación bacteriana. Por ejemplo, el ácido sapienico, con propiedades antibacterianas naturales, juega un papel clave en la defensa cutánea; un déficit de este ácido puede aumentar el riesgo de infecciones como el acné.

Las causas de esta alteración pueden ser genéticas, ya que la producción de sebo y su composición están reguladas por factores hormonales y predisposición hereditaria. Sin embargo, también influyen factores externos, como el uso de productos cosméticos inadecuados, una dieta pobre en ácidos grasos esenciales o el estrés, que pueden alterar la calidad del sebo.

Además, algunas pieles grasas presentan niveles bajos de ácido linoleico, lo que hace que el sebo sea más espeso y propenso a obstruir los poros. Esto contribuye a la aparición de piel grasa deshidratada, donde la barrera cutánea no retiene suficiente agua, y de piel grasa asfíctica, en la que el sebo denso y atrapado impide la oxigenación adecuada de la piel, generando impurezas y un aspecto apagado.

Necesidades específicas de la piel grasa

Para mantener la salud y el equilibrio de la piel grasa, se recomienda:

  • Uso de cremas ligeras con menor aporte graso, ligeros y no oclusivos: Es decir de fácil absorción.
  • Ingredientes no comedogénicos: Seleccionar ingredientes que no obstruyan los poros.
  • Humectantes no oclusivos: Utilizar ingredientes que atraigan y retengan la humedad sin bloquear los poros, como el ácido hialurónico.
  • Agentes antimicrobianos, seborreguladores y astringentes: Incorporar ingredientes que ayuden a controlar la producción de sebo, reduzcan el tamaño de los poros y prevengan infecciones.
  • Rutina de limpieza diaria: Realizar una limpieza adecuada con productos suaves que eliminen el exceso de sebo sin resecar la piel.
  • Exfoliación regular: Exfoliar la piel dos veces por semana para eliminar células muertas y prevenir la obstrucción de poros.
  • Hidratación adecuada: Asegurar una hidratación correcta con productos emolientes adecuados para pieles grasas, evitando la deshidratación que puede llevar a una mayor producción de sebo.

A continuación, te dejo una tabla con la selección de los ingredientes más utilizados en cosmética natural específicamente indicados para el cuidado de la piel grasa:



Conclusión:

La piel grasa no solo necesita controlar el exceso de sebo, sino también mejorar la calidad de sus lípidos, ya que su composición influye en la salud cutánea. Aunque la producción sebácea está en parte determinada por la genética y factores hormonales, ciertos hábitos pueden optimizar la calidad del sebo, reduciendo la obstrucción de los poros y favoreciendo una piel más equilibrada.

El uso de ingredientes adecuados, una hidratación correcta y una rutina de cuidado bien estructurada pueden ayudar a regular la producción de sebo, mejorar su fluidez y reforzar la función barrera, previniendo imperfecciones y manteniendo la piel saludable.

Pero el mejor consejo que puedo darte sobre el cuidado de la piel es que, si tienes algún problema persistente, consultes a un dermatólogo. La cosmética es un gran aliado, pero no sustituye un tratamiento profesional.

viernes, 28 de febrero de 2025

Piel grasa y aceites vegetales: ¿Aliados inesperados o un error imperdonable?"

Si tienes la piel grasa, seguramente has escuchado advertencias como: “¡Nunca uses aceites en una piel grasa, te llenarán de granos!”, “Si tienes acné, evita cualquier aceite, solo te obstruirá los poros” o el clásico “Los aceites son para piel seca, no para pieles con exceso de grasa”.

Parece un consejo lógico, ¿verdad? Si tu piel ya tiende a ser oleosa, lo último que querrías hacer es añadir más aceite a la ecuación. Pero, ¿y si te dijera que esta creencia no es del todo cierta?

Si crees que la piel grasa debe evitar los aceites vegetales, te sorprenderá descubrir que la realidad es completamente diferente.

La clave no está en huir de ellos, sino en saber elegir los adecuados. Aplicados correctamente, ciertos aceites pueden ayudar a equilibrar la piel, regular la producción de sebo e incluso mejorar su salud. En este artículo te contaré cuáles son los que realmente benefician la piel grasa, cómo identificarlos y por qué podrían cambiar tu rutina de cuidado facial.

Algunos aceites vegetales contienen una alta proporción de ácido linoleico, un componente esencial en la composición del sebo humano. Su déficit se ha relacionado con una mayor viscosidad del sebo y una tendencia a la obstrucción de los poros, lo que puede derivar en brotes de acné. Las pieles grasas suelen tener hasta un 32% menos de ácido linoleico en su sebo natural en comparación con las pieles normales o secas, lo que provoca un sebo más espeso y pegajoso, favoreciendo la obstrucción de los poros y la proliferación de Cutibacterium acnes.

Elegir aceites con una alta concentración de este ácido graso, como el de semilla de uva o cártamo, puede ayudar a restaurar el equilibrio cutáneo, favoreciendo una producción de sebo más fluida y menos propensa a causar imperfecciones.

La ciencia respalda este enfoque. Estudios como el publicado en Skin Research & Technology (2012) han demostrado que el aceite de jojoba puede reducir la producción de sebo en piel grasa, mientras que investigaciones en International Journal of Molecular Sciences (2018) confirman que los aceites ricos en ácido linoleico mejoran la función barrera de la piel sin obstruir los poros.

Entonces, ¿es un error imperdonable aplicar aceites vegetales en piel grasa o hay aceites que pueden convertirse en aliados inesperados? ¿Cómo diferenciar un aceite beneficioso de uno que podría empeorar el problema?

En este artículo te voy a desmontar mitos, revisamos la evidencia científica y te explicamos qué aceites pueden ser un acierto y cuáles evitar para que tu piel grasa se beneficie sin riesgos. ¡Sigue leyendo y descúbrelo!

 ¿Cómo elegir un aceite vegetal para piel grasa?

Antes de aplicar cualquier aceite en la piel grasa, es fundamental analizar ciertos factores que determinarán si ese aceite puede ser beneficioso o si, por el contrario, terminará obstruyendo los poros o causando un exceso de brillo.

1-Comedogenicidad.

La clave para evitar obstrucción de poros. El factor más importante a analizar.

La comedogenicidad es la capacidad que tiene un aceite de obstruir los poros y favorecer la formación de comedones (puntos negros y espinillas).

Para elegir el aceite adecuado, se utiliza la escala de comedogenicidad, que clasifica los aceites del 1 al 5 según su capacidad de obstruir los poros (siendo 1 el menos comedogénico y 5 el más alto).

·       Valor 0: se considera no comedogénico y por lo tanto no obstruye los poros.

·       Valor 1: muy baja posibilidad de que el aceite obstruya los poros.

·    Valor 2: la sustancia no debería obstruir los poros en la mayoría de los casos, con una posibilidad de moderada a baja.

·       Valor 3: tiene una probabilidad media o moderada de obstruir los poros de la piel.

·       Valor 4: tiende a obstruir los poros de la piel.

·       Valor 5: un aceite con esta clasificación tiene una probabilidad alta de obstruir los poros de la piel. Muy pocas personas pueden tolerar los aceites etiquetados con esta calificación directamente aplicados sobre la piel.

Ahora que conocemos la importancia de la comedogenicidad en la elección de aceites para piel grasa, veamos:

Clasificación de los aceites vegetales más utilizados en cosmética según su grado de comedogenicidad:

·       No comedogénicos: aceite de argánaceite de cáñamo, aceite de girasol, aceite de cártamo, la manteca de karité, manteca de mango.

·    Valor 1: aceite semilla de uva, avellana, babasú, ricino, neem, rosa mosqueta, cera candelilla, lanolina vegetal, cera soja, semilla de brócoli, semilla frambuesa, semilla de granada

·   Valor 2: aceite de albaricoque, almendras, oliva, onagra, jojoba, borraja, semillas calabaza, avellanas, cera de abeja, aceite lanolina, cacahuete, salvado de arroz, babassú, coco fraccionado, comino negro, semilla calabaza, semilla higo chumbo, macadamia.

·       Valor 3: aceite de aguacate, sésamo, papaya, semilla mostaza, maíz, semilla algodón

·       Valor 4: aceite de palma, coco, zanahoria, marula, manteca de cacao

·       Valor 5: aceite de germen de trigo, soja, lino

Para una aplicación directa sobre piel grasa con tendencia a imperfecciones, no se recomienda el uso de aceites de grado 4 y 5, ya que pueden favorecer la obstrucción de los poros. Es fundamental elegir los aceites vegetales basándose en su grado de comedogenicidad, y no únicamente en el tipo de piel.

Por ejemplo, el aceite de argán, aunque comúnmente recomendado para pieles secas por su capacidad nutritiva, tiene un índice de comedogenicidad bajo, por lo que puede utilizarse sin problema en piel grasa sin aportar sensación pesada ni oclusiva.

Sin embargo, es importante aclarar que el hecho de que una fórmula cosmética contenga un aceite comedogénico no significa automáticamente que no sea adecuada para piel grasa o acneica. La comedogenicidad depende de la sinergia de todos los ingredientes y de la formulación final, no solo de un componente aislado.

¿Por qué este apartado es tan detallado?

Como ves, este punto es extenso porque la comedogenicidad es un criterio clave para determinar qué aceites pueden beneficiar o perjudicar una piel grasa.

Un aspecto muchas veces pasado por alto en cosmética, pero comprenderlo permite hacer elecciones más informadas y evitar mitos sobre qué aceites son adecuados según su tipología cutánea.

2-Textura y rapidez de absorción.

No todos los aceites vegetales se comportan igual sobre la piel. Algunos son ligeros y de rápida absorción, mientras que otros son densos y tardan más en integrarse, dejando una película más perceptible.

La denominación "ligero" o "pesado" hace referencia a la densidad y viscosidad del aceite: los aceites más densos son considerados pesados, mientras que los más fluidos son ligeros. Por lo general, los aceites ligeros se absorben mejor, aunque existen excepciones que dependen de su composición química y estructura molecular.

En pieles grasas, suele ser preferible optar por aceites secos o semisecos, que aportan nutrición sin generar pesadez. La densidad del aceite no solo influye en la sensación en la piel, sino también en la consistencia final de un cosmético, afectando su untuosidad y absorción.

Sin embargo, es importante recordar que la textura de un aceite no determina su capacidad de obstruir los poros, sino que simplemente influye en cómo se siente en la piel. Un claro ejemplo podría ser la manteca de karité no es comedogénica y tiene un valor de oclusividad medio, o el de rosa mosqueta no comedogénico y no oclusivo

Para entender mejor este aspecto, es necesario hablar de la oclusividad.

4- Oclusividad.

¿Es realmente un problema para la piel grasa?

La oclusividad es la capacidad de un aceite o ingrediente cosmético para formar una barrera sobre la piel, evitando la evaporación del agua transepidérmica (TEWL, Transepidermal Water Loss). Esto ayuda a mantener la hidratación y proteger la barrera cutánea frente a agresores externos.

Muchas veces se asocia la oclusividad con la obstrucción de los poros, pero esto es un error. Un aceite puede ser altamente oclusivo sin ser comedogénico, del mismo modo que un aceite ligero puede favorecer la aparición de comedones si su composición no es adecuada para piel grasa.

¿Pueden las pieles grasas usar aceites oclusivos?

Sí, siempre que no sean comedogénicos. La oclusividad en sí no es un problema para la piel grasa, ya que solo afecta a la percepción sensorial del producto en la piel, no a su impacto en los poros.

El único aspecto que realmente debe preocupar a una piel grasa es la comedogenicidad. Esta es la propiedad que determina si un aceite puede obstruir los poros y favorecer la formación de comedones.

Conclusión:

  • La oclusividad no es negativa para la piel grasa. Su efecto es principalmente sensorial, afectando solo la sensación del producto en la piel.
  • Una piel grasa puede usar aceites oclusivos sin problema, siempre que estos no sean comedogénicos.
  • El verdadero factor a evitar en piel grasa es la comedogenicidad, no la oclusividad.

En definitiva, si un aceite oclusivo no te resulta incómodo y es no comedogénico, puedes usarlo sin problemas en piel grasa. Aunque si realmente no te gusta la sensación grasa de un aceite puedes buscar los menos oclusivos. A estas alturas ya sabes que la oclusividad, solo es cuestión de sensaciones.

5-Equilibrio entre ácidos grasos.

Para ser más rigurosos y saber las propiedades de un aceite vegetal, debemos analizar su composición en ácidos grasos, ya que son los que otorgan las características finales al aceite vegetal. Así, y en función del tipo de ácidos grasos que tenga un aceite vegetal, podemos predecir sus propiedades (comedogenidad, oclusividad…etc).

Para una piel grasa: más linoleico, menos oleico.

Las pieles grasas suelen tener déficit de ácido linoleico, un tipo de ácido graso esencial que ayuda a equilibrar la producción de sebo. Los aceites ricos en ácido linoleico (omega-6) pueden mejorar la textura de la piel y reducir el riesgo de brotes de acné.

Dos tablas que nos informan de los ácidos grasos:

OCLUSIVIDAD DE LOS ÁCIDOS GRASOS

Ácido palmítico, esteárico, oleico 

Absorción lenta

Ácido linoleico, alfa y gama linolénico

Absorción rápida

Por tanto, cuando queramos saber la capacidad de oclusión de un aceite vegetal nos fijaremos que en la tabla anterior.

En la siguiente tabla, te indico los aceites vegetales más ricos en ácido linoleico:


4-Propiedades adicionales: Antibacterianas y antiinflamatorias.

Algunos aceites tienen propiedades naturales que pueden ser beneficiosas para pieles grasas con tendencia acneica.Tienen propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a reducir la proliferación de Cutibacterium acnes, la bacteria asociada al acné.

Los ácidos grasos presentes en los aceites vegetales desempeñan un papel crucial en sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas. Entre los más destacados se encuentran:

  • Ácido oleico (omega-9): Conocido por sus efectos antiinflamatorios, este ácido graso ayuda a reducir la inflamación y promueve la reparación de tejidos.
  • Ácido linoleico (omega-6): Este ácido graso esencial posee propiedades antiinflamatorias y contribuye a mantener la integridad de la barrera cutánea.
  • Ácido alfa-linolénico (omega-3): Reconocido por sus efectos antiinflamatorios, este ácido graso puede ayudar a reducir la inflamación en la piel.
  • Ácido láurico: Presente en altas concentraciones en el aceite de coco, este ácido graso saturado tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas.

A continuación, se presenta una tabla con algunos aceites vegetales destacados por sus propiedades antiinflamatorias y/o antibacterianas, junto con los ácidos grasos responsables de dichas características:

¿Qué problemas puede causar un aceite inadecuado en pieles grasas?

El uso de aceites vegetales incorrectos en pieles grasas puede generar diversos problemas, entre ellos:

  • Aumento de la producción sebácea: Algunos aceites pueden crear una película oclusiva sobre la piel, haciendo que el sebo natural quede atrapado y se intensifique la oleosidad.
  • Obstrucción de poros y aparición de comedones: Aceites con alta comedogenicidad pueden formar una capa densa sobre la piel, dificultando la eliminación de células muertas y favoreciendo la formación de puntos negros.
  • Brotes de acné inflamatorio: Al bloquear los poros, algunos aceites pueden facilitar la proliferación de bacterias como Cutibacterium acnes, responsables del acné inflamatorio.
  • Sensación de pesadez y brillo excesivo: Muchos aceites son demasiado grasos para pieles con tendencia oleosa, lo que puede generar incomodidad y un aspecto untuoso.

Beneficios de los aceites vegetales no comedogénicos en piel grasa

Cuando se eligen aceites adecuados con baja comedogenicidad, los beneficios para la piel grasa pueden ser significativos:

·       Regulación del sebo: Algunos aceites, como el de jojoba, tienen una composición similar al sebo humano, lo que engaña a la piel y reduce la producción excesiva de grasa.

·       Hidratación sin obstrucción: A diferencia de las cremas pesadas, aceites ligeros pueden hidratar la piel sin bloquear los poros.

·       Acción antiinflamatoria y calmante: Muchos aceites contienen compuestos como ácidos grasos esenciales y antioxidantes que reducen la inflamación y la sensibilidad cutánea.

·       Propiedades antibacterianas: Algunos aceites tienen efectos antimicrobianos naturales, ayudando a controlar la proliferación de bacterias asociadas al acné.

·       Equilibrio del microbioma cutáneo:  Ayudan a fortalecer la barrera protectora de la piel, evitando la deshidratación y protegiéndola de agresiones externas.

Por último, te dejo una tabla de los aceites vegetales recomendados para una piel grasa, en función de; su grado de comedogenidad, su oclusividad, la sensación grasa y su composición. 

ACEITES VEGETALES RECOMENDADOS PIELES GRASAS

Aceite, Comedogenicidad, Peso, Oclusividad, Composición

Características Generales

Almendras (Comedogenidad 2, Pesado, Oclusividad: Media-Alta, 10% Saturados, 65% Oleico, 26% Linoleico)

Protector en pieles secas e irritadas, emoliente, antiinflamatorio, adecuado para dermatitis y eccemas.

Salvado de Arroz (Comedogenidad 2, Pesado, Oclusividad Media, 42% Oleico, 36% Linoleico, 16% Palmítico)

Antioxidante, antiarrugas, calmante, ayuda a despigmentar, ideal para pieles sensibles.

Albaricoque (Comedogenidad 2, Pesado, Oclusividad Baja, 60% Oleico, 30% Linoleico)

Tonificante, nutritivo, hidratante, suavizante, ideal para piel envejecida y sensible.

Avellana (Comedogenidad 1, Ligero, Oclusividad Baja, 75% Oleico, 12% Linoleico)

Emoliente, nutritivo, astringente, mejora la circulación, ideal para pieles grasas y acné.

Babassú (Comedogenidad 1, Ligero, Oclusividad Baja, 40-50% Láurico, 10% Oleico, 4% Linolénico)

Hidratante, antimicrobiano, antioxidante, regenerador, buena absorción sin obstrucción de poros.

Semilla de Brócoli (Comedogenidad 1, Muy Ligero, Oclusividad Baja, 42% Erúcico, 18% Oleico, 15% Linoleico)

Hidratante, calmante, rico en antioxidantes, ideal para rosácea, eccema y dermatitis.

Cáñamo (Comedogenidad 0, Pesado, Oclusividad Baja, 55% Linoleico, 20% Alfa-Linolénico, 12% Oleico)

Antiinflamatorio, regenerativo, antioxidante, ideal para psoriasis y eccemas.

Cártamo (Comedogenidad 0, Ligero, Oclusividad Baja, 75% Linoleico, 15% Oleico)

Hidratante, antiinflamatorio, protege contra daño oxidativo, ideal para pieles sensibles.

Girasol (Comedogenidad 0, Ligero, Oclusividad Baja, 70% Linoleico, 30% Oleico)

Antiinflamatorio, regenerativo, emoliente, útil para pieles enfermas y quemaduras.

Jojoba (Comedogenidad 2, Ligero, Oclusividad Baja, 70% Gadoleico, 30% Erúcico, 10% Oleico)

Regulador sebáceo, mejora el aspecto de piel grasa y mixta, revitalizante, similar al sebo natural.

Onagra (Comedogenidad 2, Ligero, Oclusividad Baja, 74% Linoleico, 10% Gama Linolénico, 7% Oleico)

Muy antiinflamatorio, regenerativo, hidratante, antioxidante, ideal para piel sensible y acné.

Rosa Mosqueta (Comedogenidad 1, Pesado,Oclusividad Baja, 45% Linoleico, 33% Alfa-Linolénico, 15% Oleico)

Regenerador, cicatrizante, antioxidante, ideal para envejecimiento y tratamiento de estrías.

Sésamo (Comedogenidad 3, Ligero, Oclusividad Baja, 43% Linoleico, 40% Oleico)

Antiinflamatorio, regenerativo, emoliente, ideal para psoriasis, eccema y piel seca.

Uva (Comedogenidad 1, Ligero, Oclusividad Baja, 70% Linoleico, 17% Oleico, 10% Gama Linolénico)

Regenerativo, antioxidante, nutritivo, fortalece la piel, disminuye arrugas.

Conclusión final:

El uso de aceites vegetales en piel grasa ha sido históricamente pura controversia, pero la evidencia científica demuestra que seleccionar aceites adecuados con baja comedogenicidad puede aportar beneficios importantes sin causar obstrucción de poros ni empeorar la oleosidad cutánea.

Al optar por aceites ricos en ácido linoleico, de textura ligera y con propiedades reguladoras del sebo, las pieles grasas pueden beneficiarse de hidratación equilibrada, reducción de inflamación y fortalecimiento de la barrera cutánea sin los riesgos asociados a los aceites incorrectos.

Por lo tanto, el mito de que las pieles grasas deben evitar aceites vegetales es falso, siempre y cuando se realice una selección informada basada en sus propiedades y nivel de comedogenicidad.

Pero si, a pesar de la evidencia de sus beneficios, decides no usarlos, por supuesto, es tu elección. Solo estarás dejando pasar un aliado poderoso para el equilibrio y la salud de tu piel.