AromaCosmética

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¡Bienvenido a Aromacosmética! Soy biólogo y especialista en química cosmética con una amplia trayectoria en formulación natural y aromaterapia científica. Durante años he profundizado en el estudio de los aceites esenciales y la cosmética natural, desde la perfumería hasta la dermocosmética. Aquí aprenderás a crear fórmulas efectivas con ingredientes puros. Descubre, aprende y transforma tu rutina con lo mejor de la naturaleza.

viernes, 21 de febrero de 2025

Aprende a valorar los resultados de tus cremas, te hará mejorar mucho tus formulaciones.

En la formulación cosmética, uno de los aspectos más importantes y, a menudo, subestimados es la textura y las sensaciones que aporta una crema. ¿Alguna vez has creado una crema que resulta demasiado densa, pegajosa o que no se extiende bien? Comprender cómo los ingredientes afectan la cremosidad, la sedosidad, el tacto seco y la untuosidad es clave para formular productos con la textura deseada.

En un artículo anterior:

https://www.blogger.com/u/1/blog/post/edit/preview/3091367494795315981/2709742175272423082 

Nota: En el artículo anterior, encontrarás una explicación muy detallada, de todos los parámetros que en este artículo hago mención, así como poderla corregir y adaptarla a tus gustos o necesidades en función de los ingredientes utilizados.

En este artículo vamos a enforcarnos en como valorar los resultados obtenidos y así poder analizarlos para mejorar futuras formulaciones.

¿Por qué es importante analizar los resultados en la formulación cosmética?

Cada ingrediente que utilizamos en una crema tiene un impacto directo en su textura y sensaciones finales. Sin embargo, el verdadero reto no es solo conocer los ingredientes, sino saber interpretar los resultados obtenidos en cada formulación y aplicar ese conocimiento para mejorar las futuras creaciones.

El análisis sensorial de una crema nos permite responder preguntas como:

  • ·        ¿Por qué una crema ha resultado más densa de lo esperado?
  • ·        ¿Qué ingrediente ha aportado una sensación pegajosa?
  • ·        ¿Cómo puedo modificar la extensibilidad sin perder cremosidad?
  • ·        ¿Qué ajustes hacer para equilibrar la absorción sin sacrificar la hidratación?

La clave es registrar y evaluar los parámetros de cada crema formulada, para identificar patrones y optimizar las combinaciones de ingredientes. De esta forma obtendremos conclusiones, que nos servirán para mejorar nuestras próximas formulaciones.

 Interpretación de la tabla de parámetros.

Por todo lo comentado anteriormente, te voy a facilitar una tabla para que una vez hayas realizado tu emulsión (crema cosmética), puedas anotar tus resultados. Si realizas esto después de cada formulación, te aseguro que vas a llegar a comprender y realizar las texturas y sensaciones que quieres que aporte tu crema.

Para facilitar el análisis de los resultados, se han asignado valores del 1 al 5 a cada parámetro, donde 1 representa la mayor intensidad y 5 la menor.


La interpretación de estos datos nos permite realizar ajustes rápidos en nuestras formulaciones. Por ejemplo:

  • ·     Si una crema es demasiado grasa, podemos reducir ingredientes con un bajo valor en "tacto seco" y aumentar aquellos con valores más altos.
  • ·        Si una crema no es lo suficientemente sedosa, podemos incrementar ingredientes con un valor bajo en "sedosidad".
  • ·        Si una emulsión es demasiado densa, podemos sustituir parte de los ingredientes con una alta "cremosidad" por otros con menor valor.

Estos valores no son absolutos, pero sirven como guía para entender cómo ajustar y mejorar futuras formulaciones.

Conclusión: Utiliza el análisis para optimizar tus cremas

La formulación cosmética no es solo seguir una receta, sino entender cómo cada ingrediente interactúa con el resto para lograr el resultado deseado.

Registrar y analizar los parámetros de cada crema formulada permite hacer ajustes inteligentes en futuras versiones.

Te animo a poner en práctica esta metodología y mejorar la calidad y sensación de tus productos. ¡La clave está en el análisis y la experimentación!


lunes, 10 de febrero de 2025

Cómo controlar la textura en las cremas cosméticas O/W: Cremosidad. Tacto sedoso

 

La textura de una crema cosmética se mide en función de su cremosidad. A mayor cremosidad, mayor densidad; a menor cremosidad, la crema será más ligera.

Cremosidad

La cremosidad está directamente relacionada con la textura de una crema. Las cremas con alta cremosidad son densas, poco ligeras y con más cuerpo.

Existe una regla general: a mayor porcentaje de fase oleosa, mayor cremosidad, y dentro de la fase oleosa, a mayor porcentaje de mantecas vegetales, mayor cremosidad.

Ejemplos de cremosidad

Alta cremosidad: Ungüentos, mantecas corporales.

Baja cremosidad: Gel, leche corporal.

Ejemplos fuera de la cosmética:

  • Alta cremosidad: Mantequilla, crema de cacahuete.
  • Baja cremosidad: Claras montadas de huevo (merengue).

Emulsionantes con mayor cremosidad

(Consultar tabla para referencia)

  • Lecitina de soja, Éster de sucre, Cera Nº3.

Sedosidad

Cuando hablamos de sensaciones en la piel, un efecto muy deseado es la sedosidad. Se asocia con cremas que se extienden bien, son deslizantes y dejan un tacto aterciopelado.

Por el contrario, una baja sedosidad se relaciona con una sensación más áspera, pegajosa o con fricción al aplicar, similar a algunas cremas con alta cantidad de ceras o arcillas.

Es importante no confundir baja sedosidad con tacto seco (se relaciona más con la rapidez de absorción y la sensación final que deja la crema.), ya que este puede encontrarse tanto en cremas sedosas como en cremas poco sedosas. Las cremas con tacto seco, son menos oclusivas y aportan menos sensacion grasa.

Emolientes que aumentan la sedosidad sin aportar sensación grasa:

  • Coco-Caprylate: Aporta sedosidad con tacto seco.
  • Escualeno: Aporta sedosidad sin tacto seco.

Una opción ideal es combinar ambos con aceites vegetales.

Emulsionantes con mayor sedosidad

(Consultar tabla para referencia)

  • Protelan ENS, Montanov L, Emulsan.
Una crema más sedosa se extiende mejor porque tiene menos fricción al contacto con la piel. Al contrario que una crema más densa, con menor poder de extenderse que una crema sedosa. 
Conclusión: La sedosidad favorece la extensibilidad, y si reducimos los agentes espesantes (cera de abeja, alcohol cetílico...etc), la crema se vuelve más fluida y fácil de aplicar.

Relación entre cremosidad y sedosidad

La cremosidad y la sedosidad no son opuestos; una crema puede ser sedosa y untuosa al mismo tiempo. La clave está en combinar ingredientes que aporten sedosidad (ligereza y deslizamiento) con otros que aporten cremosidad (cuerpo y sensación envolvente).

Factores clave para controlar la textura

A. Cantidad del emulsionante utilizado

  • A mayor cantidad de emulsionante, mayor cremosidad y también mayor porcentaje de fase oleosa.
  • Si aumentamos la cantidad de emulsionante, también debemos aumentar la fase oleosa, lo que indirectamente incrementará la cremosidad.
  • Disminuir la fase oleosa reducirá la cremosidad, lo que implica también reducir la cantidad de emulsionante.

Nota: A mayor fase oleosa, las cremas tendrán más cuerpo, serán más untuosas y aportarán mayor sensación grasa.

B. Tipo de autoemulsionante utilizado

Cada emulsionante tiene una capacidad intrínseca de aumentar o disminuir tanto la cremosidad como la sedosidad. Es decir, con la misma formulación y cantidad de emulsionante, la textura cambiará según el emulsionante usado.

Para facilitar las formulaciones y diseñar la textura deseada, consulta la tabla de autoemulsionantes con sus capacidades de sedosidad y cremosidad.

Guía de formulación según textura deseada

Alta sedosidad y baja cremosidad

  • Porcentaje de fase oleosa bajo (8-10%).
  • Evitar mantecas en la fase oleosa.
  • Emulsionantes como Protelan, Montanov o Emulsan.
  • Uso de Coco-Caprylate o Escualeno para mejorar la sedosidad.

Alta sedosidad y alta cremosidad

  • Porcentaje de fase oleosa alto (10-35%).
  • Incluir un alto porcentaje de mantecas en la fase oleosa.
  • Emulsionantes como Olivem, Montanov, Emulsan.

Combinación de emulsionantes para ajustar texturas

Puedes mezclar diferentes tipos de autoemulsionantes para obtener la textura deseada, pero es importante:

  • Respetar los porcentajes totales de emulsionante en la fórmula.
  • Combinarlos de manera que al fundirse con la fase oleosa, no se superen las temperaturas recomendadas de fusión.

No existe una mezcla universal de emulsionantes, ya que la preferencia por una textura es subjetiva. La tabla de referencia será una gran ayuda para ajustar tus formulaciones hasta encontrar la textura ideal.

Te animo a experimentar hasta que consigas tu fórmula deseada.

 


domingo, 8 de septiembre de 2024

Cómo Hacer una Crema Corporal Hidratante y Regenerante para Pieles Grasas

 Las pieles grasas también necesitan hidratación, pero con una fórmula que no sea oclusiva ni comedogénica. En esta receta te mostramos cómo crear una crema corporal de textura densa pero cremosa, que es hidratante, regenerante y adecuada para pieles grasas. Los ingredientes han sido cuidadosamente seleccionados para ofrecer hidratación sin obstruir los poros.4

Propiedades de la Crema

Esta crema está diseñada para pieles grasas, utilizando una combinación de ingredientes que se absorben rápidamente sin dejar residuos grasos. Uno de los componentes principales es la manteca de karité, que aporta una cremosidad densa sin ser comedogénica, haciéndola ideal para este tipo de piel.

Además, se incluyen emolientes ligeros como escualeno y coco caprylate, que son altamente hidratantes, pero no oclusivos. Estos ingredientes permiten que la piel grasa mantenga su equilibrio sin verse sobrecargada.

Receta de la Crema Corporal para 100 gramos.


Propiedades de los Ingredientes

  1. Hidrolato (42.9%): Refresca, hidrata y calma la piel. Dependiendo de la planta utilizada, el hidrolato puede tener propiedades adicionales. Para pieles grasas, se recomiendan hidrolatos de geranio, hammamelis o romero.
  2. Manteca de karité (12%): Emoliente nutritivo que restaura la elasticidad de la piel, reduce la inflamación y protege contra los agresores ambientales.
  3. Aroma de fresa (2%): No aporta propiedades cosméticas, pero se puede sustituir por aceites esenciales con beneficios, como el aceite esencial de limón, naranja o geranio.
  4. Gel de aloe vera (10%): Humectante y calmante que alivia irritaciones, hidrata profundamente y tiene propiedades antiinflamatorias.
  5. Escualeno (8%): Hidratante ligero que mejora la elasticidad de la piel y restaura su barrera cutánea. Se absorbe rápidamente y no deja sensación grasosa.
  6. Pantenol (2%): Promueve la regeneración de la piel, reduce la inflamación y mejora la suavidad y flexibilidad.
  7. Coenzima Q10 (0.5%): Potente antioxidante que combate los signos del envejecimiento.
  8. Protelan ENS (8%): Tensioactivo suave derivado de aceites vegetales, que ayuda a formar emulsiones estables y mejora la textura del producto.
  9. Vitamina E (1%): Antioxidante que protege las grasas de la fórmula y previene el envejecimiento prematuro.
  10. Goma xantana (0.1%): Espesante natural que estabiliza la emulsión y aporta una textura suave y uniforme.
  11. Coco caprylate (6%): Emoliente seco y ligero que proporciona un acabado no graso y mejora la dispersión de ingredientes.
  12. Sharomix (1%): Conservante antimicrobiano de amplio espectro que protege contra bacterias, hongos y moho.
  13. Lanolina vegetal (5%): Hidratante y emoliente que suaviza la piel, mejorando su flexibilidad y reforzando la barrera lipídica.
  14. Alcohol cetílico (1%): Emulsionante y espesante que mejora la textura de la crema y aporta un tacto suave y cremoso.
  15. Cera de abeja (0.5%): Espesante natural que crea una barrera protectora, ayudando a retener la hidratación.

Pasos para Elaborar la Crema Corporal

  1. Pesar todos los ingredientes:

    • Fase acuosa: Colocar en un recipiente el hidrolato, gel de aloe vera y goma xantana.
    • Fase oleosa: Colocar en otro recipiente la manteca de karité, escualeno, Protelan ENS, lanolina, cera de abejas y alcohol cetílico.
    • Fase termolábil: Pesar la coenzima Q10, pantenol, vitamina E y los aceites esenciales aparte.

  2. Preparación de las fases:

    • Apartar los ingredientes de la fase termolábil, que se añadirán al final.
    • Poner al baño maría las fases acuosa y oleosa por separado hasta que la fase oleosa se funda por completo.


  3. Unificar fases:

    • Cuando ambas fases hayan alcanzado la misma temperatura (con una diferencia máxima de 2-3°C), retirar del baño maría.
    • Añadir la coenzima Q10 a la fase oleosa antes de mezclar ambas fases.
    • Incorporar lentamente la fase oleosa a la fase acuosa mientras se bate vigorosamente durante al menos 1 minuto. Luego, dejar reposar la crema a temperatura ambiente.


    • Comprobar el pH con las tiras, debe de tener un valo entre 5.5-5, que se ve comparando con los colores
    • Comprobación de pH por comparación de colores


  1. Incorporar fase termolábil:

    • Una vez que la crema se haya enfriado, añadir los ingredientes de la fase termolábil (pantenol, vitamina E, aroma o aceites esenciales).
    • Mezclar suavemente con una varilla manual sin volver a batir.

    • Es en este paso, que si quieres incorporar colorante, como en este caso rosa, lo puedes hacer. 
  2. Envasado:

    • Vierte la crema en un envase limpio y oscuro para protegerla de la luz y conservar mejor sus propiedades.

Conclusión

Esta crema corporal es perfecta para pieles grasas gracias a su combinación de ingredientes no comedogénicos, como la manteca de karité, escualeno y coco caprylate, que hidratan sin obstruir los poros. Con una textura densa pero ligera, proporciona una hidratación profunda, al tiempo que nutre y protege la piel. Puedes personalizar el aroma y las propiedades adicionales con aceites esenciales según tus necesidades.

sábado, 7 de septiembre de 2024

Mascarillas faciales Naturales para el Acné: Recetas con Miel, Arcilla y Aloe Vera

 Mascarillas Naturales para Combatir el Acné

El acné es una afección común de la piel que puede beneficiarse de tratamientos naturales con ingredientes potentes como la miel, aloe vera, y aceites esenciales. Aquí te ofrezco dos recetas de mascarillas facieles naturales para tratar el acné, una más suave y otra más potente, que limpian, calman y revitalizan la piel.

Receta 1: Mascarilla Suave para Piel con Acné.

Nota: Las siglas CSP, se traducen como; cantidad suficiente para. Es decir, incorpora arcilla hasta conseguir la textura deseada.

Propiedades de los ingredientes:

  • Miel: Regeneradora, antioxidante y antiinflamatoria.
  • Hidrolato de hamamelis: Astringente y antibacteriano.
  • Aloe vera: Antimicrobiano, regenerador y calmante.
  • Aceite de arroz y borraja: Antiinflamatorios y calmantes.
  • Arcilla verde: Limpia profundamente y es ideal para pieles grasas.
  • Aceite esencial de limón, árbol de té y geranio: Antimicrobianos y reguladores sebáceos.

Elaboración: Mezcla todos los ingredientes y añade la arcilla verde poco a poco hasta alcanzar la textura deseada.

Receta 2: Mascarilla Potente para Piel con Acné.

Propiedades de los ingredientes:

· El hidrolato de hammamelis es astringente ya que es rico en taninos, y gran antibacteriano

  •          La miel como hemos comentado tiene propiedades, regeneradoras, antioxidantes, hidrante y antiinflamatoria
  •          El aloe vera, en general aporta grandes beneficios para la piel, pero en este caso es reparadora, antimicrobiana, regeneradora y calmante
  •          El A.V de arroz, es un gran antiinflamatorio, calmante y regenerante. Ideal para pieles sensibles. Las mismas propiedades contiene el A.V de borraja
  •          El ácido azelaico es un ácido natural producido por las levaduras. Tiene propiedades antibacterianas y de gran ayuda para los comedones
  •          La arcilla verde, es un gran depurativo de la piel ideal para pieles grasas, con gran efecto de limpieza
  •          El aceite de canela es el gran antimicrobiano, uno de los más potentes, el árbol del té es un gran antimicrobiano y el geranio es un gran regulador sebáceo

Elaboración: Mezcla los ingredientes y añade la arcilla verde hasta obtener la textura deseada. Si hay irritación por la canela, reemplaza su proporción por aceite de árbol de té.

Fórmula Natural para Piel Sensible: Receta con Caléndula, Almendras y CBD

Piel Sensible: Cuida tu Piel de Forma Natural con Esta Fórmula Calmante y Regeneradora.

La piel sensible requiere de un cuidado especial con ingredientes suaves que ayuden a calmar la irritación, reducir la inflamación y proteger la barrera cutánea. En este artículo te presentamos una receta efectiva y totalmente natural, ideal para pieles sensibles. Utiliza una combinación de aceites vegetales, macerado de caléndula y CBD, conocidos por sus propiedades calmantes, antiinflamatorias y regeneradoras.


Beneficios de los ingredientes

  1. Macerado de caléndula: Conocido por sus increíbles propiedades antiinflamatorias y calmantes, es un excelente aliado para pieles sensibles que sufren de irritaciones y rojeces.

  2. Aceite de almendras: Este aceite es altamente nutritivo y aporta propiedades calmantes y antiinflamatorias, lo que ayuda a mantener la piel suave y protegida.

  3. Aceite de arroz: Además de ser calmante y antiinflamatorio, el aceite de arroz actúa como antioxidante, protegiendo la piel del estrés ambiental.

  4. Manteca de karité con CBD: La combinación de manteca de karité y CBD aporta una hidratación profunda, mientras que sus propiedades regeneradoras ayudan a retrasar el envejecimiento de la piel, ideal para pieles maduras y sensibles.

  5. Aceite esencial de palo de rosa: Es un potente regenerador celular, que ayuda a mejorar la textura de la piel y a combatir las líneas de expresión.

  6. Vitamina E: Un antioxidante natural que protege contra el envejecimiento prematuro y ayuda a conservar la frescura de la fórmula.

Cómo elaborar la fórmula para piel sensible

Paso a paso:

  1. Fusión de la manteca de karité: Coloca la manteca de karité con CBD en un baño maría hasta que se funda por completo. Retira del fuego una vez derretida.

  2. Incorporar los aceites vegetales: Agrega los aceites vegetales de almendras y arroz a la manteca derretida, mezclando suavemente para obtener una fórmula homogénea.

  3. Enfriar y añadir vitamina E y aceites esenciales: Deja enfriar la mezcla a temperatura ambiente. Una vez fría, incorpora la vitamina E y el aceite esencial de palo de rosa.

  4. Envasado y almacenamiento: Vierte la mezcla en un recipiente oscuro para protegerla de la luz solar, y almacénala en un lugar fresco y sin contacto con la luz directa.

Beneficios de esta fórmula natural para piel sensible

Esta receta no solo calma y reduce la inflamación de la piel sensible, sino que también aporta un extra de hidratación y regeneración celular. Los ingredientes cuidadosamente seleccionados, como la caléndula y el CBD, garantizan una protección efectiva y alivio de los síntomas de sensibilidad.

Consejo: Úsala diariamente para mantener tu piel suave, hidratada y protegida de factores ambientales que puedan causar irritación.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Acné vs. Rosácea: Diferencias, Causas y Cómo ayudarnos con la Cosmética Natural"

Tanto el acné como la rosácea son afecciones de la piel que deben ser tratadas por un dermatólogo. Sin embargo, los síntomas de ambas pueden mejorar significativamente con el uso de cosmética natural. Aunque se abordan juntas debido a su relación con la hiperfunción de las glándulas sebáceas, estas patologías tienen orígenes y causas diferentes.

El acné está más asociado a las pieles grasas debido a la producción excesiva de sebo, mientras que la rosácea no es exclusiva de un tipo de piel en particular. Ambas afecciones comparten algunas características, pero es esencial comprender sus diferencias para tratarlas correctamente.

Diferencias entre Acné y Rosácea

Acné:

  • Origen: Desequilibrio hormonal (andrógenos, como la testosterona) que provoca un exceso de producción de sebo denso, lo que obstruye los folículos pilosos.
  • Causas: Alteración del microbioma cutáneo y proliferación de la bacteria Propionibacterium acnes, entre otras.
  • Manifestaciones: La respuesta inmune se activa contra la grasa y las bacterias, causando granitos rojos (pápulas, nódulos) y espinillas (pústulas). La inflamación es localizada, no generalizada.
  • Tratamientos: Regular el exceso de grasa, reducir la inflamación, reequilibrar el microbioma y controlar la influencia hormonal. Se utilizan principios activos (PA) seborreguladores y renovadores, como ácido salicílico, ácido glicólico y retinol.

Rosácea:

  • Origen: Disfunción de las glándulas sebáceas, que producen sebo químicamente diferente, más fluido y disperso, lo que irrita la piel.
  • Causas: El sebo fluido provoca una mayor descomposición de la capa córnea, debilitando la barrera cutánea y permitiendo la entrada de microorganismos como Demodex folliculorum. Esto agrava la inflamación y afecta la función de barrera.
  • Manifestaciones: Respuesta inmune anormal y una inflamación de los vasos sanguíneos, provocando enrojecimiento persistente, vasos sanguíneos visibles (telangiectasias), pústulas, y en casos graves, engrosamiento de la piel (rinofima). Es común la sensibilidad aumentada y la deshidratación.
  • Tratamientos: Regular el exceso de grasa, reducir la inflamación y equilibrar el microbioma. Los principios activos recomendados incluyen ácido salicílico, ácido glicólico y retinol.

Tratar el exceso de grasa y reducir la inflamación. Usar ingredientes seborreguladores y renovadores como ácido salicílico, ácido glicólico y retinol.

Acné: Características y Tratamientos

El acné está principalmente vinculado a un desequilibrio hormonal que provoca un aumento en la producción de sebo, particularmente en pieles grasas. Este sebo es denso y puede obstruir los poros, lo que permite la proliferación de bacterias como Propionibacterium acnes. La inflamación resultante se manifiesta en forma de pápulas y pústulas.

Para tratar el acné, es fundamental regular la producción de sebo, reducir la inflamación y restaurar el equilibrio del microbioma cutáneo. Los principios activos (PA) más efectivos para este tipo de piel incluyen:

  • Ácido salicílico: Exfolia suavemente y ayuda a desobstruir los poros.
  • Ácido glicólico: Estimula la renovación celular y mejora la textura de la piel.
  • Retinol: Ayuda a regular el exceso de sebo y acelera la renovación de las células.

Rosácea: Características y Tratamientos

La rosácea es una afección crónica caracterizada por enrojecimiento facial, sensibilidad y, en algunos casos, pústulas. A diferencia del acné, las glándulas sebáceas en la rosácea no están sobreestimuladas por hormonas androgénicas, pero el sebo que producen es más fluido y puede irritar la piel fácilmente. Esto debilita la barrera cutánea y facilita la entrada de microorganismos como Demodex folliculorum, que agravan la inflamación.

Los síntomas incluyen enrojecimiento persistente, vasos sanguíneos visibles, pústulas y, en casos severos, engrosamiento de la piel (rinofima). La piel también tiende a ser más sensible y deshidratada.

El tratamiento para la rosácea se centra en reducir la inflamación y regular la producción de sebo. Los principios activos que se recomiendan incluyen:

  • Ácido salicílico: Ayuda a controlar el exceso de grasa y calma la piel.
  • Ácido glicólico: Promueve la renovación celular y alivia la piel áspera.
  • Retinol: Regula el sebo y mejora la estructura de la piel con el tiempo.

En resumen

La correcta producción de sebo no solo depende de la regulación hormonal, sino también de factores externos e internos como la dieta, la hidratación, el cuidado adecuado de la piel y la protección contra factores ambientales como la exposición solar. Mantener un equilibrio en todos estos aspectos es clave para evitar problemas relacionados con la producción de sebo y reducir los síntomas tanto del acné como de la rosácea.

Tipos y Estados de la Piel: Cómo Evoluciona Tu Piel con el Tiempo y Cómo Cuidarla

 

Tipos de Piel y su Evolución: Un Enfoque Moderno

Hoy en día, entendemos que la piel no permanece estática a lo largo de la vida. Más que hablar de un tipo de piel fijo, es fundamental centrarse en su estado actual, que puede cambiar según diferentes factores como la edad, el clima, la alimentación o la salud. Este enfoque más moderno nos permite adaptar mejor el cuidado de la piel a sus necesidades reales.

La Evolución de la Piel

Sabemos que la piel evoluciona con el tiempo y las circunstancias personales. Una piel que fue grasa puede, en algún momento, volverse deshidratada o sensibilizada, lo que resulta en un cambio notable en su apariencia y función. Por eso es más importante que nunca observar el estado actual de la piel para darle los cuidados adecuados.

Por ejemplo, una persona puede tener la piel grasa en verano, cuando el calor y la humedad estimulan la producción de sebo. Sin embargo, en invierno, el aire frío y seco puede disminuir esta producción, resultando en una piel más seca.

Este entendimiento nos lleva a personalizar el cuidado de la piel según su estado actual, en lugar de seguir un patrón fijo que no tenga en cuenta los cambios naturales que la piel experimenta. A pesar de esto, es útil conocer los tipos de piel tradicionales, ya que ofrecen una base para entender cómo se comporta la piel en distintos contextos.

Clasificación de los Tipos de Piel

La clasificación tradicional de la piel se basa en cinco indicadores clave. Aunque el enfoque moderno prioriza el estado actual de la piel, esta clasificación sigue siendo útil para identificar tendencias generales. A continuación, desglosamos los principales tipos de piel y los factores a tener en cuenta.

1. Secreción Sebácea

Este es el indicador más importante para identificar el tipo de piel, ya que afecta significativamente cómo debemos formular productos y ajustar los cuidados:

  • Piel seca: Baja secreción de sebo, tendencia a la descamación y la tirantez.
  • Piel mixta: Áreas grasas (generalmente en la zona T) y áreas secas o normales.
  • Piel grasa: Alta producción de sebo, lo que puede generar brillos y predisposición a imperfecciones.

En general, la secreción sebácea es el factor más importante a la hora de identificar el tipo de piel, ya que condiciona la mayor parte de las necesidades de cuidado.

2. Grado de Hidratación

La hidratación es otro aspecto clave para el cuidado de la piel. Un buen nivel de hidratación ayuda a mantener la elasticidad y la barrera protectora de la piel.

  • Piel deshidratada: Común en la mayoría de las pieles adultas, especialmente después de los 30 años. La piel puede sentirse tirante y tener un aspecto apagado.
  • Piel eudérmica: Es la piel considerada normal y equilibrada, más común en niños y preadolescentes.

3. Sensibilidad

La piel sensible puede ser un estado temporal o permanente. Es importante distinguir entre los diferentes niveles de sensibilidad para poder adaptarse al tratamiento correcto:

  • Piel sensible: Piel que reacciona fácilmente a irritantes o factores externos.
  • Piel sensibilizada: Una piel que no es naturalmente sensible, pero que ha sido irritada o alterada por algún factor concreto, como una alergia o exposición a productos inadecuados.
  • Piel reactiva: Reacciona ante estímulos como ciertos alimentos, temperaturas extremas o radiación solar, pero en ausencia de estos factores, no muestra signos de sensibilidad.

4. Edad

El paso del tiempo también influye en el estado de la piel. La producción de sebo, la elasticidad y la regeneración celular varían según la edad:

  • 25-39 años: Se mantiene un equilibrio en la producción de sebo y elasticidad.
  • 40-49 años: Comienzan a notarse los primeros signos de envejecimiento, como pérdida de firmeza y líneas de expresión.
  • 50 años o más: Disminuye la producción de sebo y la capacidad de regeneración celular, lo que puede llevar a una piel más seca y frágil.

5. Patologías

Es importante tener en cuenta las patologías de la piel, ya que estas condiciones pueden requerir un cuidado más específico y delicado. Algunas de las patologías más comunes incluyen:

  • Acné: Piel propensa a la formación de comedones y granos debido al exceso de sebo y obstrucción de los poros.
  • Dermatitis atópica: Una condición crónica que causa inflamación, enrojecimiento y picazón.
  • Psoriasis: Enfermedad autoinmune que causa la acumulación rápida de células en la superficie de la piel, resultando en manchas rojas y escamosas.
  • Rosácea: Afección crónica que provoca enrojecimiento y, en algunos casos, protuberancias similares al acné.
  • Dermatitis seborreica: Causa manchas escamosas, piel roja y caspa.

La Relación entre Grasa y Agua en la Piel

La proporción de grasa y agua en el manto hidrolipídico de la piel es lo que determina su tipo. Si la cantidad de grasa es mayor que la de agua, se considera una piel grasa, mientras que si hay más agua que grasa, se considera una piel seca. Este equilibrio puede cambiar según el estado actual de la piel.

Además, una piel sana tiene la capacidad de regular su pH frente a variaciones, es decir, puede "tamponar" los cambios. Sin embargo, si la piel sufre agresiones continuas, esta capacidad se ve disminuida, lo que puede derivar en sequedad, irritación o sensibilidad.

Conclusión

El enfoque moderno en el cuidado de la piel reconoce que la piel evoluciona constantemente. Factores como el clima, la salud, la edad y el entorno influyen en su estado actual, por lo que es crucial adaptar el tratamiento a las necesidades presentes de la piel. Aunque los tipos de piel tradicionales siguen siendo útiles para entender las bases del cuidado, lo más importante es tratar la piel según su estado actual para mantenerla saludable y protegida.

martes, 3 de septiembre de 2024

Descubre el Secreto del Manto Hidrolipídico: La Barrera Natural que Protege tu Piel

Es una mezcla de sebo y sudor, que protege a la epidermis. El pH fisiológico de la piel, es consecuencia de las secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas que entre otras cosas excretan, ácido láctico y grasa (compuesta por ácidos grasos), respectivamente. Esta grasa natural de piel junto con el agua del sudor, forma una barrera protectora de la piel llamado manto hidrolipídico de la capa cornea.

Composición

Ø  1-Sudor

·       Agua

·      NMF (Factor de hidratación natural). Sustancias que favorecen la retención de agua en la piel impidiendo que salgan al exterior y contribuyendo a su equilibrio:

o   Aminoácidos libres (40%), sales minerales (18%), PCA (12%), lactatos (12%), urea (7%), y azucares (4%)

Ingredientes Cosméticos basado en la composición del sudor.

·         Agua

·         NMF:

o   Aminoácidos libres: Proteína hidrolizada

o   PCA (sustancias humectantes): Humectantes

o   Urea: Urea

o   Lactatos: Ácido láctico (humectante)

o   Sales minerales: No se incluyen cosméticos, es a partir de la ingesta

o   Azúcares: Trehalosa (ejemplo), humectantes

 

Ø  2-Sebo

·         Triglicéridos (50%)

·         *Ácidos grasos libres (10-25%)

·         Ceras y esteres (20%)

·         Escualeno (5-10%)

·         Colesterol (4-5%)

*Igual composición que los A.V naturales utilizados en la cosmética natural. 

Ingredientes Cosméticos basado en la composición del sebo.

·         Triglicéridos: Aceites vegetales

·         Ácidos grasos libres: Aceites vegetales

·         Ceras y esteres: Ceras (abeja, candelilla…)

·         Escualeno: Escualano (más estable que escualeno)

·         Colesterol: No se incorpora de forma directa, es a través alimentación

Estas mismas sustancias no solo forman parte del manto hidrolipídico, sino también del “cemento” de la epidermis. Por tanto incorporarlas en los cosméticos, ayuda a mantener correctamente la piel.

Factores que afectan a la producción de sebo

Ø      1-Clima

·         Frio: Ralentiza la producción, por tanto mayor sequedad

·         Calor: Aumenta la producción de sebo

·         Viento: Puede deshidratar la piel al evaporar la humedad superficial, lo que puede llevar a una sobreproducción de sebo como mecanismo compensatorio para mantener la piel hidratada y protegida

·         Excesiva exposición solar: Disminuye la producción de sebo

Ø      2-Envejecimiento

·         A mayor edad, menor producción de sebo

Ø      3-Genética

Ø      4-Exceso de detergentes

Ø     5- pH

Se puede afirmar que este manto hidrolipídico de la piel, es una crema natural, que nos protege de las agresiones externas. Para que este manto protector sea eficaz, el pH ha de ser aproximarse al pH fisiológico, por tanto, como ya hemos comentado, alterar ese pH puede tener efectos perjudiciales en la piel.

  

 La relación de grasa y agua en esta crema natural, determina tener un tipo de piel u otra. De forma genérica si hay más grasa que agua, se trata de una piel grasa y al contrario seca. Técnicamente, se llama emulsión epicutánea (ya que es la unión de una grasa y aceite).

El desequilibrio de este manto, produce sensibilidad. Una piel sana, tiene la capacidad de regular su pH ante variaciones de este, o lo que es lo mismo, la piel tiene capacidad de tamponar, que es lo que hace normalmente. Pero si sometemos a agresiones a la piel durante mucho tiempo, esta capacidad de tamponar de la piel, pierde su efectividad y aparecen los problemas como la sequedad o piel irritadas. Las pieles seniles y las de los bebés, tampoco son muy eficientes en la capacidad de tamponar, ambas son pieles delicadas.

Como resumen, funciones del manto hidrolipídico:

·         Protege de la deshidratación

·         Impide la entrada de sustancias nocivas al interior gracias a su pH.

·         Minimiza los daños causados por factores ambientales (viento y contaminación).  gracias a sus lípidos y ácidos grasos que crean una capa protectora sobre la piel.

·         Favorece el crecimiento de la flora de la piel, y dificulta el crecimiento de microorganismos nocivos

·         Regula el pH de la piel

En definitiva, la emulsión epidérmica, es un componente clave para mantener la piel saludable y protegida. La mezcla de grasas y agua actúan como hidratantes naturales y de barrera protectora, y contribuye al equilibrio de nuestro microbioma cutáneo.