AromaCosmética: fase oleosa

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¡Bienvenido a Aromacosmética! Soy biólogo y especialista en química cosmética con una amplia trayectoria en formulación natural y aromaterapia científica. Durante años he profundizado en el estudio de los aceites esenciales y la cosmética natural, desde la perfumería hasta la dermocosmética. Aquí aprenderás a crear fórmulas efectivas con ingredientes puros. Descubre, aprende y transforma tu rutina con lo mejor de la naturaleza.
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sábado, 5 de abril de 2025

¿Para qué sirve realmente una crema? Descubre su función, su evolución y qué la hace realmente eficaz.

 ¿Qué le aporta realmente una crema a tu piel?

¿Te has preguntado alguna vez cuál es realmente la función principal de una crema cosmética? ¿Nutrir? ¿Hidratar? ¿Tratar algún problema específico? Aunque las cremas han evolucionado enormemente desde sus orígenes, incluyendo hoy fórmulas cada vez más sofisticadas, existe un punto de partida claro y profesional que conviene no olvidar:

La función principal de una crema cosmética es restaurar y mantener la función barrera de la piel.

Esto significa que, más allá de hidratar o nutrir, una buena crema debe ayudar a la piel a mantener su equilibrio, evitando la pérdida de agua y protegiéndola frente a agresiones externas como el frío, el viento, la contaminación o los microorganismos.

¿Cómo lo consigue?

Una buena crema mantiene la piel en equilibrio y preserva su función barrera gracias a dos acciones fundamentales:

  • Reduciendo la pérdida de agua transepidérmica (TEWL), es decir, la pérdida natural de agua desde el interior hacia el exterior de la piel. Por eso se dice que una crema “hidrata”, aunque en realidad no lo hace por aportar agua, sino porque ayuda a retener la que ya existe en la piel.

Nota:  Es importante entender que el agua presente en la fórmula de una crema no penetra en profundidad ni hidrata por sí sola.

  • Reponiendo lípidos esenciales y reforzando el manto hidrolipídico natural, que actúa como escudo protector.

Por tanto la  base de toda crema, por sencilla que sea, debe ser siempre proteger y equilibrar la piel. Todo lo demás es un complemento.

Aunque muchas fórmulas incorporan principios activos hidrosolubles o liposolubles, que enriquecen la crema con funciones específicas como calmar, regenerar, iluminar o combatir el envejecimiento.

Estos activos no son imprescindibles para mantener la barrera cutánea, pero sí aportan valor añadido y adaptan la fórmula a necesidades concretas de cada piel.

Una piel con una barrera funcional fuerte es una piel sana, capaz de regenerarse mejor, defenderse por sí misma y también aprovechar de forma más eficaz los principios activos cosméticos. Por eso, aunque los tratamientos específicos (antiedad, despigmentantes, calmantes...) son importantes, ninguno será realmente eficaz si no se parte de una piel equilibrada y protegida.

Y no olvidemos algo fundamental:

Una crema no hidrata porque aporte agua, sino porque ayuda a retener la que ya existe en la piel, mejorando su capacidad de defensa, su flexibilidad y su receptividad a los activos.

Por eso, entender cómo está compuesta una crema —y qué papel cumple cada una de sus fases— es clave si quieres elegir, interpretar o incluso formular un cosmético verdaderamente efectivo.

La función de una crema: ¿hidratar, nutrir o algo más?

En sus orígenes, las cremas eran mezclas simples de agua y aceite, pensadas para hidratar la piel y evitar su deshidratación. Con el tiempo, se enriquecieron con aceites vegetales, mantecas y ceras, permitiendo también nutrir en profundidad y reforzar la barrera cutánea frente a agresiones externas.

Hoy en día, las cremas han evolucionado hacia fórmulas mucho más complejas y eficaces. Ya no son solo hidratantes o nutritivas: son vehículos cosméticos que permiten transportar principios activos con funciones específicas: antiarrugas, despigmentantes, calmantes, regeneradores, antioxidantes...

Y aquí es donde entra en juego su estructura funcional.

Las tres fases de una crema: su base funcional.

Nota: En la tabla puedes ver las tres fases y los ingredientes principales de cada fase.

En función de la cantidad de cada fase y cómo se combinen, podemos obtener diferentes tipos de cremas: más ligeras, más untuosas, más absorbentes, más reparadoras... Estas son las tres fases clave que componen cualquier emulsión cosmética:

Fase Acuosa: Hidratación en acción

Su función es hidratar y transportar principios activos hidrosolubles. Puede incluir:

  • Agua destilada
  •  Hidrolatos
  • Infusiones, zumos naturales
  • Aloe vera
  •  Extractos acuosos, ácido hialurónico, vitaminas hidrosolubles

Cuanto más rica es esta fase, más ligera y fresca se siente la crema.

Fase Oleosa: Nutrición y protección

Aporta lípidos, nutrición y crea una barrera que evita la pérdida de agua:

  • Aceites vegetales
  • Mantecas (karité, cacao...)
  • Alcoholes grasos, ceras
  • Vitaminas liposolubles, retinoides, coenzima Q10

Cuanta más fase oleosa, más untuosa y nutritiva será la crema.

Ingredientes Termosensibles: El valor añadido

Se añaden al final, una vez enfriada la emulsión (menos de 40 ºC), para conservar su efectividad:

  •   Conservantes naturales
  •    Aceites esenciales
  •  Vitamina E
  •  Extractos delicados y activos específicos

 Aportan valor terapéutico, sensorial y funcional a la fórmula final.

¿Qué te dice la textura de una crema? Aprende a interpretarla

La sensación que deja una crema en la piel puede darte muchas pistas sobre cómo está formulada:

  • Ligera y de rápida absorción: predominio de fase acuosa → función hidratante
  • Untuosa y densa: predominio de fase oleosa → función nutritiva y protectora
  • Sensación tratante o específica: inclusión de activos termosensibles adecuados

Reflexión final: ¿Puedes identificar cada fase en tu crema?


   Ahora deberías ser capaz, en función de las sensaciones que te produce la crema en tu piel, de identificar qué fase está en mayor proporción y, por tanto, cuál es la finalidad principal de esa crema. Si se siente ligera y se absorbe rápido, su objetivo es más hidratante. Si es más densa y untuosa, su función es nutritiva y protectora.La próxima vez que apliques una crema, fíjate en su textura y sensación. Si se absorbe rápido y es ligera, tiene más fase acuosa.
 Si es más densa y untuosa, tiene más fase oleosa. 


lunes, 24 de febrero de 2025

La clave de la formulación perfecta: Aprende a interpretar y controlar emulsiones O/W y W/O

 

Hay un error muy extendido y es creer que el tipo de emulsión lo define el porcentaje que tiene cada una de sus fases.

Pero antes de entrar en materia, una pincelada sobre conceptos genéricos de una emulsión.

¿Qué es una emulsión y cuáles son sus fases?

Una emulsión es una mezcla estable de dos líquidos no miscibles:

Líquido no miscible: No se puede mezclar de forma homogénea con otro líquido. Por ejemplo, el agua y el aceite son líquidos no miscibles porque, al combinarlos, no se mezclan de manera uniforme y tienden a separarse en capas distintas.

Por tanto, en una emulsión y gracias al emulsiónante, podremos unir dos líquidos inmiscibles de forma que está unión permanezca estable.

Cada emulsión está formada por dos fases:

1-Fase acuosa: compuesta por agua y otros ingredientes solubles en agua.

2-Fase oleosa: compuesta por aceites, mantecas y otros ingredientes liposolubles.

Dependiendo de qué fase rodee a la otra, podemos clasificar las emulsiones en dos tipos principales:

  • Emulsión O/W (aceite en agua): La fase continua es el agua, mientras que el aceite se dispersa en forma de gotas pequeñas dentro de ella. Es decir, en este tipo de emulsiones el agua rodea al aceite.
  • Emulsión W/O (agua en aceite): La fase continua es el aceite, y el agua se dispersa en gotas dentro de él. Es decir, en este tipo de emulsiones el aceite rodea al agua.

Tipos de emulsiones y sus sensaciones en la piel

Las emulsiones se comportan de manera diferente según el tipo de fase continua:

1-Emulsión O/W (aceite en agua):

  • Textura: Sensación fresca y ligera al tacto, incluso si contienen un alto porcentaje de aceite. Esto se debe a que el agua es la fase continua, lo que favorece una textura menos grasa y más fácil de absorber.
  • Tacto: Sensación menos grasa y más ligera, incluso si contienen un alto porcentaje de aceite. Esto se debe a que el agua es la fase continua, lo que favorece una sensación fresca y de rápida absorción. Esta sensación se acentúa si el porcentaje de fase acuosa es mayor que el de fase oleosa.
  • Absorción: Rápida, ya que el agua es la fase continua. Esta característica se acentúa si el porcentaje de fase acuosa es mayor que el de fase oleosa.
  • Sensación final: Hidratación superficial y sensación fresca, sin sensación grasa. Esta sensación se intensifica si hay más agua que aceite en la fórmula.
  • Uso recomendado: Ideal para pieles grasas o mixtas, productos faciales de día o hidratantes ligeros. Aunque una emulsión O/W pueda contener un alto porcentaje de aceite, su estructura permite que la sensación final sea más ligera y menos grasa debido a que el agua es la fase continua.

2-Emulsión W/O (agua en aceite):

  • Textura: Sensación más rica y envolvente, aunque la cantidad de aceite no sea la predominante. Esto se debe a que el aceite es la fase continua, aportando una textura más protectora y oclusiva.
  • Tacto: Sensación más envolvente y protectora, aunque puedan tener más fase acuosa. Esto se debe a que el aceite es la fase continua, aportando un efecto más untuoso y nutritivo. Esta sensación se acentúa si el porcentaje de fase oleosa es mayor que el de fase acuosa.
  • Absorción: Más lenta, ya que el aceite es la fase continua. Esta característica se acentúa si el porcentaje de fase oleosa es mayor que el de fase acuosa.
  • Sensación final: Hidratación prolongada y mayor oclusividad. Esta sensación se intensifica si hay más aceite que agua en la fórmula.
  • Uso recomendado: Adecuada para pieles secas, cremas protectoras o hidratantes nocturnas. Incluso si la fase acuosa es mayor, el hecho de que el aceite sea la fase continua aporta una sensación más envolvente, protectora y oclusiva.

Factores que determinan el tipo de emulsión

Es común pensar que el tipo de emulsión depende del porcentaje de cada fase, pero esto no es correcto. El factor más importante es el tipo de emulsionante que se utiliza. El emulsiónante es un compuesto químico, encargado de unir las dos fases de la emulsión. Tipos:

1-Emulsionantes O/W:

  • Ejemplos: Olivem 1000, Cera Lanette N, Protelan ENS.
  • Favorecen emulsiones donde la fase acuosa es la continua.
  • Requieren emulsionantes con un HLB alto (8-16).

Nota aclaratoria HLB: El HLB (Balance Hidrófilo-Lipófilo) es un valor que indica si un emulsionante es más afín al agua (hidrófilo) o al aceite (lipófilo). Los emulsionantes con un HLB alto (8-16) favorecen emulsiones O/W (aceite en agua), mientras que los emulsionantes con un HLB bajo (3-6) favorecen emulsiones W/O (agua en aceite). No es necesario conocer este valor, solo lo menciono para que comprendas cómo la naturaleza de un emulsionante condiciona su comportamiento, determinando si es del tipo W/O o O/W.

2-Emulsionantes W/O:

  • Ejemplos: Olivem 900, Montanov 68, Eucerit.
  • Favorecen emulsiones donde la fase oleosa es la continua.
  • Requieren emulsionantes con un HLB bajo (3-6).

Tabla de porcentajes de fases

A continuación, te proporciono una tabla que indica el porcentaje mínimo y máximo de cada fase que pueden soportar los emulsionantes O/W y W/O en general:


Uso de co-emulsionantes y su papel.

Una emulsión bien equilibrada y adaptada al tipo de emulsionante no necesariamente requiere co-emulsionantes. Sin embargo, en situaciones donde los porcentajes de fase oleosa o acuosa se acercan al límite máximo soportado por el emulsionante (el máximo que es capaz de dispersar en la fase continua )el uso de co-emulsionantes puede mejorar la estabilidad de la emulsión.

  • En emulsiones O/W, si el porcentaje de fase oleosa supera el 60% o si la fase acuosa es inferior al 40%, puede ser recomendable usar co-emulsionantes.
  • En emulsiones W/O, si el porcentaje de fase acuosa supera el 50% o si la fase oleosa es inferior al 50%, el uso de co-emulsionantes puede ser necesario para estabilizar la emulsión.

Los co-emulsionantes ayudan a mejorar la estabilidad, la textura y las sensaciones de la emulsión. Son especialmente recomendables en las siguientes situaciones:

  • Para aumentar la estabilidad: Evitan la separación de fases.
  • Para mejorar la textura: Añaden cuerpo o modifican la consistencia.
  • Para mejorar sensaciones: Pueden aportar sedosidad o reducir la sensación grasa.

Principales co-emulsionantes en cosmética natural:

·        Ceras, alcohol cetílico, goma xantana..etc

Ejemplo: Cold Cream

La cold cream es un ejemplo de emulsión W/O (agua en aceite) que, a pesar de contener un porcentaje considerable de agua, tiene el aceite como fase continua, lo que aporta una textura densa, protectora y muy oclusiva.

¿Qué sucede si utilizamos diferentes emulsionantes en un mismo tipo de emulsión?

Si a una fórmula con igual porcentaje de fases se le aplican diferentes emulsionantes, como Olivem 1000 (O/W) y Olivem 900 (W/O), se obtendrán sensaciones distintas en la piel:

  • Con Olivem 1000 (O/W), la emulsión será más ligera, fresca y menos grasa.
  • Con Olivem 900 (W/O), la emulsión será más rica, protectora y envolvente.

Conclusión

El objetivo principal de este artículo es ayudarte a aclarar y entender los dos tipos principales de emulsiones (O/W y W/O) y cómo el emulsionante es el factor clave que define el tipo de emulsión, más allá del porcentaje de cada fase.

No es necesario obsesionarse con los porcentajes, sino entender cómo los diferentes tipos de emulsionantes afectan las sensaciones y la estabilidad de la emulsión. Este conocimiento te permitirá diseñar cremas que se ajusten a tus objetivos específicos, ya sea en términos de textura, sensación o propiedades finales.

Comprender cómo formular y seleccionar adecuadamente los ingredientes te ayudará a crear productos que realmente cumplan con tus expectativas y las de tus clientes. ¡Experimenta y descubre nuevas combinaciones para lograr formulaciones únicas y personalizadas!


viernes, 21 de febrero de 2025

Aprende a valorar los resultados de tus cremas, te hará mejorar mucho tus formulaciones.

En la formulación cosmética, uno de los aspectos más importantes y, a menudo, subestimados es la textura y las sensaciones que aporta una crema. ¿Alguna vez has creado una crema que resulta demasiado densa, pegajosa o que no se extiende bien? Comprender cómo los ingredientes afectan la cremosidad, la sedosidad, el tacto seco y la untuosidad es clave para formular productos con la textura deseada.

En un artículo anterior:

https://www.blogger.com/u/1/blog/post/edit/preview/3091367494795315981/2709742175272423082 

Nota: En el artículo anterior, encontrarás una explicación muy detallada, de todos los parámetros que en este artículo hago mención, así como poderla corregir y adaptarla a tus gustos o necesidades en función de los ingredientes utilizados.

En este artículo vamos a enforcarnos en como valorar los resultados obtenidos y así poder analizarlos para mejorar futuras formulaciones.

¿Por qué es importante analizar los resultados en la formulación cosmética?

Cada ingrediente que utilizamos en una crema tiene un impacto directo en su textura y sensaciones finales. Sin embargo, el verdadero reto no es solo conocer los ingredientes, sino saber interpretar los resultados obtenidos en cada formulación y aplicar ese conocimiento para mejorar las futuras creaciones.

El análisis sensorial de una crema nos permite responder preguntas como:

  • ·        ¿Por qué una crema ha resultado más densa de lo esperado?
  • ·        ¿Qué ingrediente ha aportado una sensación pegajosa?
  • ·        ¿Cómo puedo modificar la extensibilidad sin perder cremosidad?
  • ·        ¿Qué ajustes hacer para equilibrar la absorción sin sacrificar la hidratación?

La clave es registrar y evaluar los parámetros de cada crema formulada, para identificar patrones y optimizar las combinaciones de ingredientes. De esta forma obtendremos conclusiones, que nos servirán para mejorar nuestras próximas formulaciones.

 Interpretación de la tabla de parámetros.

Por todo lo comentado anteriormente, te voy a facilitar una tabla para que una vez hayas realizado tu emulsión (crema cosmética), puedas anotar tus resultados. Si realizas esto después de cada formulación, te aseguro que vas a llegar a comprender y realizar las texturas y sensaciones que quieres que aporte tu crema.

Para facilitar el análisis de los resultados, se han asignado valores del 1 al 5 a cada parámetro, donde 1 representa la mayor intensidad y 5 la menor.


La interpretación de estos datos nos permite realizar ajustes rápidos en nuestras formulaciones. Por ejemplo:

  • ·     Si una crema es demasiado grasa, podemos reducir ingredientes con un bajo valor en "tacto seco" y aumentar aquellos con valores más altos.
  • ·        Si una crema no es lo suficientemente sedosa, podemos incrementar ingredientes con un valor bajo en "sedosidad".
  • ·        Si una emulsión es demasiado densa, podemos sustituir parte de los ingredientes con una alta "cremosidad" por otros con menor valor.

Estos valores no son absolutos, pero sirven como guía para entender cómo ajustar y mejorar futuras formulaciones.

Conclusión: Utiliza el análisis para optimizar tus cremas

La formulación cosmética no es solo seguir una receta, sino entender cómo cada ingrediente interactúa con el resto para lograr el resultado deseado.

Registrar y analizar los parámetros de cada crema formulada permite hacer ajustes inteligentes en futuras versiones.

Te animo a poner en práctica esta metodología y mejorar la calidad y sensación de tus productos. ¡La clave está en el análisis y la experimentación!