AromaCosmética

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Soy licenciado en Biología y durante una década he enseñado química cosmética, lo que me ha permitido profundizar en el arte y la ciencia de la aromaterapia científica. Mi especialidad radica en el uso de aceites esenciales naturales en diversas disciplinas: desde la aromaterapia hasta la perfumería, pasando por la jabonería y la cosmética natural, sin olvidar mi enfoque en la dermocosmética. Además de mi pasión por los aceites esenciales, también disfruto capturando la belleza del mundo a través de la fotografía. Si te interesa, te invito a descubrir mi trabajo en Instagram: @fitosphoto. Gracias por tu visita. Espero que este blog te inspire y te guíe en tu camino hacia el descubrimiento y la utilización de los aceites esenciales y la cosmética natural. Explora, aprende y disfruta de este viaje sensorial.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Cómo Hacer una Crema Corporal Hidratante y Regenerante para Pieles Grasas

 Las pieles grasas también necesitan hidratación, pero con una fórmula que no sea oclusiva ni comedogénica. En esta receta te mostramos cómo crear una crema corporal de textura densa pero cremosa, que es hidratante, regenerante y adecuada para pieles grasas. Los ingredientes han sido cuidadosamente seleccionados para ofrecer hidratación sin obstruir los poros.4

Propiedades de la Crema

Esta crema está diseñada para pieles grasas, utilizando una combinación de ingredientes que se absorben rápidamente sin dejar residuos grasos. Uno de los componentes principales es la manteca de karité, que aporta una cremosidad densa sin ser comedogénica, haciéndola ideal para este tipo de piel.

Además, se incluyen emolientes ligeros como escualeno y coco caprylate, que son altamente hidratantes, pero no oclusivos. Estos ingredientes permiten que la piel grasa mantenga su equilibrio sin verse sobrecargada.

Receta de la Crema Corporal para 100 gramos.


Propiedades de los Ingredientes

  1. Hidrolato (42.9%): Refresca, hidrata y calma la piel. Dependiendo de la planta utilizada, el hidrolato puede tener propiedades adicionales. Para pieles grasas, se recomiendan hidrolatos de geranio, hammamelis o romero.
  2. Manteca de karité (12%): Emoliente nutritivo que restaura la elasticidad de la piel, reduce la inflamación y protege contra los agresores ambientales.
  3. Aroma de fresa (2%): No aporta propiedades cosméticas, pero se puede sustituir por aceites esenciales con beneficios, como el aceite esencial de limón, naranja o geranio.
  4. Gel de aloe vera (10%): Humectante y calmante que alivia irritaciones, hidrata profundamente y tiene propiedades antiinflamatorias.
  5. Escualeno (8%): Hidratante ligero que mejora la elasticidad de la piel y restaura su barrera cutánea. Se absorbe rápidamente y no deja sensación grasosa.
  6. Pantenol (2%): Promueve la regeneración de la piel, reduce la inflamación y mejora la suavidad y flexibilidad.
  7. Coenzima Q10 (0.5%): Potente antioxidante que combate los signos del envejecimiento.
  8. Protelan ENS (8%): Tensioactivo suave derivado de aceites vegetales, que ayuda a formar emulsiones estables y mejora la textura del producto.
  9. Vitamina E (1%): Antioxidante que protege las grasas de la fórmula y previene el envejecimiento prematuro.
  10. Goma xantana (0.1%): Espesante natural que estabiliza la emulsión y aporta una textura suave y uniforme.
  11. Coco caprylate (6%): Emoliente seco y ligero que proporciona un acabado no graso y mejora la dispersión de ingredientes.
  12. Sharomix (1%): Conservante antimicrobiano de amplio espectro que protege contra bacterias, hongos y moho.
  13. Lanolina vegetal (5%): Hidratante y emoliente que suaviza la piel, mejorando su flexibilidad y reforzando la barrera lipídica.
  14. Alcohol cetílico (1%): Emulsionante y espesante que mejora la textura de la crema y aporta un tacto suave y cremoso.
  15. Cera de abeja (0.5%): Espesante natural que crea una barrera protectora, ayudando a retener la hidratación.

Pasos para Elaborar la Crema Corporal

  1. Pesar todos los ingredientes:

    • Fase acuosa: Colocar en un recipiente el hidrolato, gel de aloe vera y goma xantana.
    • Fase oleosa: Colocar en otro recipiente la manteca de karité, escualeno, Protelan ENS, lanolina, cera de abejas y alcohol cetílico.
    • Fase termolábil: Pesar la coenzima Q10, pantenol, vitamina E y los aceites esenciales aparte.

  2. Preparación de las fases:

    • Apartar los ingredientes de la fase termolábil, que se añadirán al final.
    • Poner al baño maría las fases acuosa y oleosa por separado hasta que la fase oleosa se funda por completo.


  3. Unificar fases:

    • Cuando ambas fases hayan alcanzado la misma temperatura (con una diferencia máxima de 2-3°C), retirar del baño maría.
    • Añadir la coenzima Q10 a la fase oleosa antes de mezclar ambas fases.
    • Incorporar lentamente la fase oleosa a la fase acuosa mientras se bate vigorosamente durante al menos 1 minuto. Luego, dejar reposar la crema a temperatura ambiente.


    • Comprobar el pH con las tiras, debe de tener un valo entre 5.5-5, que se ve comparando con los colores
    • Comprobación de pH por comparación de colores


  1. Incorporar fase termolábil:

    • Una vez que la crema se haya enfriado, añadir los ingredientes de la fase termolábil (pantenol, vitamina E, aroma o aceites esenciales).
    • Mezclar suavemente con una varilla manual sin volver a batir.

    • Es en este paso, que si quieres incorporar colorante, como en este caso rosa, lo puedes hacer. 
  2. Envasado:

    • Vierte la crema en un envase limpio y oscuro para protegerla de la luz y conservar mejor sus propiedades.

Conclusión

Esta crema corporal es perfecta para pieles grasas gracias a su combinación de ingredientes no comedogénicos, como la manteca de karité, escualeno y coco caprylate, que hidratan sin obstruir los poros. Con una textura densa pero ligera, proporciona una hidratación profunda, al tiempo que nutre y protege la piel. Puedes personalizar el aroma y las propiedades adicionales con aceites esenciales según tus necesidades.

sábado, 7 de septiembre de 2024

Mascarillas faciales Naturales para el Acné: Recetas con Miel, Arcilla y Aloe Vera

 Mascarillas Naturales para Combatir el Acné

El acné es una afección común de la piel que puede beneficiarse de tratamientos naturales con ingredientes potentes como la miel, aloe vera, y aceites esenciales. Aquí te ofrezco dos recetas de mascarillas facieles naturales para tratar el acné, una más suave y otra más potente, que limpian, calman y revitalizan la piel.

Receta 1: Mascarilla Suave para Piel con Acné.

Nota: Las siglas CSP, se traducen como; cantidad suficiente para. Es decir, incorpora arcilla hasta conseguir la textura deseada.

Propiedades de los ingredientes:

  • Miel: Regeneradora, antioxidante y antiinflamatoria.
  • Hidrolato de hamamelis: Astringente y antibacteriano.
  • Aloe vera: Antimicrobiano, regenerador y calmante.
  • Aceite de arroz y borraja: Antiinflamatorios y calmantes.
  • Arcilla verde: Limpia profundamente y es ideal para pieles grasas.
  • Aceite esencial de limón, árbol de té y geranio: Antimicrobianos y reguladores sebáceos.

Elaboración: Mezcla todos los ingredientes y añade la arcilla verde poco a poco hasta alcanzar la textura deseada.

Receta 2: Mascarilla Potente para Piel con Acné.

Propiedades de los ingredientes:

· El hidrolato de hammamelis es astringente ya que es rico en taninos, y gran antibacteriano

  •          La miel como hemos comentado tiene propiedades, regeneradoras, antioxidantes, hidrante y antiinflamatoria
  •          El aloe vera, en general aporta grandes beneficios para la piel, pero en este caso es reparadora, antimicrobiana, regeneradora y calmante
  •          El A.V de arroz, es un gran antiinflamatorio, calmante y regenerante. Ideal para pieles sensibles. Las mismas propiedades contiene el A.V de borraja
  •          El ácido azelaico es un ácido natural producido por las levaduras. Tiene propiedades antibacterianas y de gran ayuda para los comedones
  •          La arcilla verde, es un gran depurativo de la piel ideal para pieles grasas, con gran efecto de limpieza
  •          El aceite de canela es el gran antimicrobiano, uno de los más potentes, el árbol del té es un gran antimicrobiano y el geranio es un gran regulador sebáceo

Elaboración: Mezcla los ingredientes y añade la arcilla verde hasta obtener la textura deseada. Si hay irritación por la canela, reemplaza su proporción por aceite de árbol de té.

Fórmula Natural para Piel Sensible: Receta con Caléndula, Almendras y CBD

Piel Sensible: Cuida tu Piel de Forma Natural con Esta Fórmula Calmante y Regeneradora.

La piel sensible requiere de un cuidado especial con ingredientes suaves que ayuden a calmar la irritación, reducir la inflamación y proteger la barrera cutánea. En este artículo te presentamos una receta efectiva y totalmente natural, ideal para pieles sensibles. Utiliza una combinación de aceites vegetales, macerado de caléndula y CBD, conocidos por sus propiedades calmantes, antiinflamatorias y regeneradoras.


Beneficios de los ingredientes

  1. Macerado de caléndula: Conocido por sus increíbles propiedades antiinflamatorias y calmantes, es un excelente aliado para pieles sensibles que sufren de irritaciones y rojeces.

  2. Aceite de almendras: Este aceite es altamente nutritivo y aporta propiedades calmantes y antiinflamatorias, lo que ayuda a mantener la piel suave y protegida.

  3. Aceite de arroz: Además de ser calmante y antiinflamatorio, el aceite de arroz actúa como antioxidante, protegiendo la piel del estrés ambiental.

  4. Manteca de karité con CBD: La combinación de manteca de karité y CBD aporta una hidratación profunda, mientras que sus propiedades regeneradoras ayudan a retrasar el envejecimiento de la piel, ideal para pieles maduras y sensibles.

  5. Aceite esencial de palo de rosa: Es un potente regenerador celular, que ayuda a mejorar la textura de la piel y a combatir las líneas de expresión.

  6. Vitamina E: Un antioxidante natural que protege contra el envejecimiento prematuro y ayuda a conservar la frescura de la fórmula.

Cómo elaborar la fórmula para piel sensible

Paso a paso:

  1. Fusión de la manteca de karité: Coloca la manteca de karité con CBD en un baño maría hasta que se funda por completo. Retira del fuego una vez derretida.

  2. Incorporar los aceites vegetales: Agrega los aceites vegetales de almendras y arroz a la manteca derretida, mezclando suavemente para obtener una fórmula homogénea.

  3. Enfriar y añadir vitamina E y aceites esenciales: Deja enfriar la mezcla a temperatura ambiente. Una vez fría, incorpora la vitamina E y el aceite esencial de palo de rosa.

  4. Envasado y almacenamiento: Vierte la mezcla en un recipiente oscuro para protegerla de la luz solar, y almacénala en un lugar fresco y sin contacto con la luz directa.

Beneficios de esta fórmula natural para piel sensible

Esta receta no solo calma y reduce la inflamación de la piel sensible, sino que también aporta un extra de hidratación y regeneración celular. Los ingredientes cuidadosamente seleccionados, como la caléndula y el CBD, garantizan una protección efectiva y alivio de los síntomas de sensibilidad.

Consejo: Úsala diariamente para mantener tu piel suave, hidratada y protegida de factores ambientales que puedan causar irritación.

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Acné vs. Rosácea: Diferencias, Causas y Cómo ayudarnos con la Cosmética Natural"

Tanto el acné como la rosácea son afecciones de la piel que deben ser tratadas por un dermatólogo. Sin embargo, los síntomas de ambas pueden mejorar significativamente con el uso de cosmética natural. Aunque se abordan juntas debido a su relación con la hiperfunción de las glándulas sebáceas, estas patologías tienen orígenes y causas diferentes.

El acné está más asociado a las pieles grasas debido a la producción excesiva de sebo, mientras que la rosácea no es exclusiva de un tipo de piel en particular. Ambas afecciones comparten algunas características, pero es esencial comprender sus diferencias para tratarlas correctamente.

Diferencias entre Acné y Rosácea

Acné:

  • Origen: Desequilibrio hormonal (andrógenos, como la testosterona) que provoca un exceso de producción de sebo denso, lo que obstruye los folículos pilosos.
  • Causas: Alteración del microbioma cutáneo y proliferación de la bacteria Propionibacterium acnes, entre otras.
  • Manifestaciones: La respuesta inmune se activa contra la grasa y las bacterias, causando granitos rojos (pápulas, nódulos) y espinillas (pústulas). La inflamación es localizada, no generalizada.
  • Tratamientos: Regular el exceso de grasa, reducir la inflamación, reequilibrar el microbioma y controlar la influencia hormonal. Se utilizan principios activos (PA) seborreguladores y renovadores, como ácido salicílico, ácido glicólico y retinol.

Rosácea:

  • Origen: Disfunción de las glándulas sebáceas, que producen sebo químicamente diferente, más fluido y disperso, lo que irrita la piel.
  • Causas: El sebo fluido provoca una mayor descomposición de la capa córnea, debilitando la barrera cutánea y permitiendo la entrada de microorganismos como Demodex folliculorum. Esto agrava la inflamación y afecta la función de barrera.
  • Manifestaciones: Respuesta inmune anormal y una inflamación de los vasos sanguíneos, provocando enrojecimiento persistente, vasos sanguíneos visibles (telangiectasias), pústulas, y en casos graves, engrosamiento de la piel (rinofima). Es común la sensibilidad aumentada y la deshidratación.
  • Tratamientos: Regular el exceso de grasa, reducir la inflamación y equilibrar el microbioma. Los principios activos recomendados incluyen ácido salicílico, ácido glicólico y retinol.

Tratar el exceso de grasa y reducir la inflamación. Usar ingredientes seborreguladores y renovadores como ácido salicílico, ácido glicólico y retinol.

Acné: Características y Tratamientos

El acné está principalmente vinculado a un desequilibrio hormonal que provoca un aumento en la producción de sebo, particularmente en pieles grasas. Este sebo es denso y puede obstruir los poros, lo que permite la proliferación de bacterias como Propionibacterium acnes. La inflamación resultante se manifiesta en forma de pápulas y pústulas.

Para tratar el acné, es fundamental regular la producción de sebo, reducir la inflamación y restaurar el equilibrio del microbioma cutáneo. Los principios activos (PA) más efectivos para este tipo de piel incluyen:

  • Ácido salicílico: Exfolia suavemente y ayuda a desobstruir los poros.
  • Ácido glicólico: Estimula la renovación celular y mejora la textura de la piel.
  • Retinol: Ayuda a regular el exceso de sebo y acelera la renovación de las células.

Rosácea: Características y Tratamientos

La rosácea es una afección crónica caracterizada por enrojecimiento facial, sensibilidad y, en algunos casos, pústulas. A diferencia del acné, las glándulas sebáceas en la rosácea no están sobreestimuladas por hormonas androgénicas, pero el sebo que producen es más fluido y puede irritar la piel fácilmente. Esto debilita la barrera cutánea y facilita la entrada de microorganismos como Demodex folliculorum, que agravan la inflamación.

Los síntomas incluyen enrojecimiento persistente, vasos sanguíneos visibles, pústulas y, en casos severos, engrosamiento de la piel (rinofima). La piel también tiende a ser más sensible y deshidratada.

El tratamiento para la rosácea se centra en reducir la inflamación y regular la producción de sebo. Los principios activos que se recomiendan incluyen:

  • Ácido salicílico: Ayuda a controlar el exceso de grasa y calma la piel.
  • Ácido glicólico: Promueve la renovación celular y alivia la piel áspera.
  • Retinol: Regula el sebo y mejora la estructura de la piel con el tiempo.

En resumen

La correcta producción de sebo no solo depende de la regulación hormonal, sino también de factores externos e internos como la dieta, la hidratación, el cuidado adecuado de la piel y la protección contra factores ambientales como la exposición solar. Mantener un equilibrio en todos estos aspectos es clave para evitar problemas relacionados con la producción de sebo y reducir los síntomas tanto del acné como de la rosácea.

Cuidado de la Piel Madura: Características, Necesidades y Cómo Combatir el Envejecimiento

Cuidado de la Piel Madura: Características, Necesidades y Factores que Aceleran el Envejecimiento

A medida que avanzamos en edad, la piel madura comienza a necesitar cuidados específicos para enfrentar los cambios que ocurren con el tiempo. Desde la disminución en la producción de colágeno y elastina, hasta la pérdida de hidratación natural, la piel madura requiere atención especial para mantenerse sana y radiante. Aquí exploramos las características de la piel madura, sus necesidades en cada etapa y los factores que influyen en el envejecimiento cutáneo.

A. Características de la piel madura

El proceso de envejecimiento de la piel comienza alrededor de los 25 años y se acentúa con la edad. A lo largo del tiempo, la producción de fibras elásticas, colágeno y ácido hialurónico disminuye gradualmente, lo que provoca una pérdida de firmeza, elasticidad y la aparición de arrugas. Estos cambios afectan las diferentes capas de la piel de las siguientes maneras:

  • Epidermis: A medida que envejecemos, la epidermis se vuelve más fina debido a la producción más lenta y menos eficaz de nuevas células. Sin embargo, la capa córnea puede volverse más gruesa debido a la acumulación de células muertas, lo que resulta en una piel más áspera.
  • Dermis: La dermis también sufre una disminución de grosor, principalmente debido a la menor síntesis de fibras elásticas y ácido hialurónico, lo que provoca la pérdida de elasticidad y volumen.
  • Hipodermis: Disminuye la vascularización y el tejido adiposo se reduce, lo que conduce a la flacidez y una apariencia menos firme.
  • Menor secreción sebácea: La producción de sebo disminuye, lo que deja la piel más seca y vulnerable.
  • Mayor sensibilidad cutánea: A medida que la piel madura, se vuelve más sensible a irritantes externos.
  • Mayor sensibilidad al sol: La capacidad de la piel para producir melanina disminuye, lo que provoca la aparición de manchas solares y una mayor susceptibilidad a los daños provocados por la radiación ultravioleta.

B. ¿Qué necesita la piel madura?

A lo largo de las diferentes etapas de la vida, la piel madura requiere ingredientes específicos para enfrentar los efectos del envejecimiento. Aquí desglosamos lo que la piel necesita según la edad:

  1. 25-39 años:

    • Antioxidantes: A medida que el cuerpo pierde la capacidad de atrapar radicales libres, es crucial incluir antioxidantes en la rutina de cuidado de la piel. Estos ingredientes ayudan a ralentizar el envejecimiento prematuro al proteger las proteínas estructurales (colágeno y elastina) del deterioro causado por radicales libres internos y externos.
  2. 40-49 años:

    • Antioxidantes: Siguen siendo esenciales para prevenir el daño celular.
    • Regenerativos: Para contrarrestar la disminución en la producción de fibras elásticas, se deben incluir ingredientes que estimulen la regeneración celular y el aumento de colágeno.
    • Despigmentantes: Debido a la mayor sensibilidad al sol, la piel madura tiende a desarrollar manchas. Los ingredientes despigmentantes ayudan a reducir la hiperpigmentación y a uniformar el tono de la piel.
  3. 50 años o más:

    • Antioxidantes, regenerativos y despigmentantes: Son fundamentales en esta etapa para combatir la flacidez, las manchas y la pérdida de elasticidad.
    • Exfoliantes suaves: A partir de los 50, la piel tiende a acumular más células muertas, lo que provoca sequedad y una textura áspera. La exfoliación suave ayuda a eliminar estas células y a mejorar la textura de la piel.

C. Factores que afectan al envejecimiento de la piel

Además del envejecimiento natural, existen otros factores que aceleran el proceso y que deben considerarse para cuidar adecuadamente la piel madura:

  • Herencia genética: La predisposición genética juega un papel importante en cómo envejece la piel. Algunas personas tienen una mayor tendencia a desarrollar arrugas o manchas debido a su genética.
  • Estrés: El estrés crónico puede acelerar el proceso de envejecimiento al aumentar la producción de radicales libres y afectar negativamente la regeneración celular.
  • Exposición solar: Los rayos UV son uno de los principales factores del envejecimiento prematuro. La fotoprotección es crucial para prevenir la aparición de arrugas, manchas y flacidez.
  • Calidad del sueño: El sueño reparador es esencial para la regeneración celular y la producción de colágeno. Dormir mal acelera el envejecimiento y afecta la luminosidad de la piel.
  • Alimentación: Una dieta rica en antioxidantes, ácidos grasos saludables y vitaminas es esencial para mantener la piel joven y saludable. Los alimentos ricos en vitamina C, vitamina E y omega-3 ayudan a combatir el envejecimiento prematuro.

Resumen

La piel madura atraviesa diversas fases de cambio a lo largo de la vida, requiriendo cuidados específicos en cada etapa. A partir de los 25 años, es fundamental incluir antioxidantes en la rutina diaria para combatir los radicales libres y ralentizar el envejecimiento. A medida que se avanza en edad, se deben incorporar productos regenerativos, despigmentantes y exfoliantes suaves para mantener la piel suave, firme y uniforme. Además, factores como la exposición solar, el estrés y la calidad del sueño tienen un impacto significativo en cómo envejece la piel, por lo que es crucial adoptar un enfoque holístico para mantener una piel madura saludable y radiante.

Cuidado de la Piel Sensible: Características, Necesidades y Productos a Evitar

La piel sensible es aquella que reacciona de forma exagerada ante factores tanto internos como externos. Esta condición puede manifestarse con irritación, enrojecimiento, picazón y sequedad. En este artículo, exploramos las características de la piel sensible, lo que necesita para fortalecer su barrera protectora y los productos que debes evitar para mantenerla saludable.

A. Características de la piel sensible

La piel sensible se caracteriza por una barrera protectora debilitada, lo que provoca una mayor respuesta del sistema inmune y, en consecuencia, una sensibilidad exacerbada. Entre los síntomas comunes se encuentran:

  • Irritación y picazón: La piel sensible tiende a reaccionar fácilmente a factores ambientales, productos cosméticos o cambios de temperatura.
  • Sequedad y enrojecimiento: Las rojeces, especialmente en las mejillas, son comunes y pueden verse agravadas por factores como el agua caliente.
  • Reactividad: Esta piel puede reaccionar de forma visible, presentando eritema (enrojecimiento) al contacto con diferentes estímulos tanto internos (hormonas, estrés) como externos (rayos UV, productos cosméticos inadecuados).

La sensibilidad cutánea puede tener diversas causas, entre las que se incluyen:

  • Factores genéticos
  • Factores ambientales como la exposición a los rayos UV o la contaminación.
  • Cuidado inadecuado de la piel, usando productos agresivos o con ingredientes irritantes.
  • Microbiota cutánea alterada, que afecta la protección natural de la piel.

B. ¿Qué necesita la piel sensible?

El cuidado de la piel sensible debe centrarse en fortalecer la barrera cutánea y evitar ingredientes que puedan agravar su estado. Aquí te presentamos los elementos clave que necesita la piel sensible:

  1. Fortalecimiento de la barrera cutánea: El uso de productos que restauren y refuercen la barrera protectora es esencial para evitar la pérdida de agua y la entrada de irritantes.

  2. Ingredientes grasos adaptados a la secreción sebácea: Los aceites vegetales ricos en ácido linolénico y gamma linolénico, como el aceite de borraja y el de arroz, son excelentes para calmar la piel gracias a sus propiedades antiinflamatorias.

  3. Hidratación con ingredientes específicos: Ingredientes como el ácido hialurónico, las ceramidas y la niacinamida ayudan a mantener la hidratación y a restaurar la barrera cutánea, haciendo que la piel sea menos reactiva.

  4. Ingredientes calmantes y antiinflamatorios: Productos con aloe vera, caléndula o camomila pueden ser beneficiosos para calmar y desinflamar la piel irritada.

  5. Evitar exfoliaciones: La piel sensible es extremadamente delicada, por lo que las exfoliaciones deben evitarse para no dañar aún más la barrera cutánea.

  6. Minimizar el uso de productos químicos: Evita productos que contengan conservantes fuertes, fragancias, perfumes y alcohol, que pueden irritar la piel sensible.

Productos que pueden desencadenar sensibilidad

Existen ciertos ingredientes cosméticos que son comúnmente conocidos por provocar sensibilidad en la piel. Es importante conocerlos y evitarlos si tu piel es propensa a reacciones:

  • Fragancias: Incluso en pequeñas cantidades, las fragancias pueden irritar la piel sensible.
  • Alcohol etílico y alcohol denat: Estos tipos de alcoholes pueden resecar e irritar la piel, debilitando su barrera protectora.
  • Urea: Aunque en bajas concentraciones es hidratante, en altas concentraciones puede provocar sensibilidad en pieles muy reactivas.
  • Ácido glicólico: Este AHA (alfa-hidroxiácido) es un potente exfoliante, pero en pieles sensibles puede causar irritación.
  • Ácido salicílico: Este BHA (beta-hidroxiácido) se usa comúnmente para tratar el acné, pero puede ser demasiado agresivo para pieles sensibles.
  • Vitamina C (ácido ascórbico): Aunque es un excelente antioxidante, en su forma más pura puede causar irritación en pieles sensibles. Se recomienda optar por derivados más suaves de la vitamina C.
  • Retinoides: Los retinoides son famosos por sus beneficios antienvejecimiento, pero pueden ser irritantes. En pieles sensibles, es preferible utilizar retinil o retinal, que son formas más suaves que el retinol.
  • Conservantes: Para pieles sensibles, es recomendable optar por conservantes naturales o fórmulas que minimicen los conservantes sintéticos.
  • Lanolina: Este emoliente natural, que se encuentra en muchos productos hidratantes, puede causar sensibilidad en algunas personas.

Nota importante sobre productos sensibilizantes

Es importante recordar que cada piel sensible es diferente, por lo que algunos de los productos mencionados pueden no causar sensibilidad en todas las personas, mientras que otros no descritos aquí podrían provocar reacciones en ciertos individuos. Por eso, es crucial conocer tu tipo de piel y cómo reacciona a diferentes ingredientes, y siempre hacer una prueba de parche antes de usar un nuevo producto.

Resumen

La piel sensible necesita un cuidado delicado que fortalezca su barrera protectora, hidrate adecuadamente y evite ingredientes que puedan provocar irritación. Identificar los productos que desencadenan sensibilidad es clave para mantener la piel saludable y evitar reacciones adversas. Con los cuidados adecuados y productos específicos, es posible reducir la sensibilidad y disfrutar de una piel más equilibrada y protegida.

Cómo Cuidar la Piel Grasa: Características, Necesidades y Consejos Efectivos

 La piel grasa es un tipo de piel en el que las glándulas sebáceas producen más sebo del necesario, lo que puede resultar en problemas como brillo excesivo, poros dilatados y tendencia a imperfecciones como acné y puntos negros. En este artículo, veremos las características de la piel grasa, sus necesidades y los mejores consejos para mantenerla equilibrada y saludable.

A. Características de la piel grasa

Las glándulas sebáceas hiperactivas en la piel grasa producen sebo en exceso, lo que provoca una serie de síntomas visibles y problemas cutáneos:

  • Aspecto brillante: La sobreproducción de sebo da a la piel un aspecto aceitoso, especialmente en la zona T (frente, nariz y barbilla).
  • Poros dilatados: El exceso de grasa provoca la dilatación de los poros, lo que puede hacer que sean más visibles.
  • Imperfecciones: El sebo extra tiende a obstruir los poros, lo que facilita la formación de comedones (puntos negros y blancos), espinillas e incluso milium. Además, si las espinillas se infectan con bacterias, pueden dejar cicatrices permanentes en la piel.

Es importante destacar que la piel grasa también puede sufrir deshidratación. El exceso de sebo no significa necesariamente que la piel esté bien hidratada. De hecho, una piel grasa deshidratada puede sentirse tirante, especialmente en áreas más sensibles como las mejillas. Por lo tanto, la hidratación sigue siendo fundamental, incluso para este tipo de piel.

B. ¿Qué necesita la piel grasa?

Para cuidar adecuadamente la piel grasa, es esencial usar productos que regulen la producción de sebo, hidraten sin añadir grasa extra, y mantengan los poros limpios. Aquí están los elementos clave que la piel grasa necesita:

  1. Cremas más ligeras, con menos aporte graso: Opta por fórmulas ligeras que no añadan grasa innecesaria a la piel. Los gel-crema son una excelente opción para la piel grasa, ya que aportan hidratación sin obstruir los poros.

  2. Ingredientes grasos no comedogénicos: Utiliza productos que contengan aceites ligeros como el de jojoba o el escualano, que hidratan sin obstruir los poros ni provocar brotes.

  3. Ingredientes humectantes no oclusivos: La piel grasa necesita humectantes que atraigan agua a la piel sin crear una barrera que retenga la grasa. Ingredientes como el ácido hialurónico y la glicerina son ideales para mantener la hidratación sin aumentar la producción de sebo.

  4. Ingredientes antimicrobianos y seborreguladores: Para prevenir infecciones en los granos y controlar el exceso de grasa, busca productos con ingredientes como el ácido salicílico, niacinamida, azufre, o extractos de té verde, que tienen propiedades antimicrobianas y astringentes, ayudando a reducir la inflamación y regular la producción de sebo.

  5. Tratamiento de limpieza diaria: La piel grasa debe limpiarse a diario para eliminar el exceso de grasa, suciedad y maquillaje que puede obstruir los poros. Usa una leche limpiadora suave o agua micelar seguida de un tónico astringente para mantener los poros limpios y equilibrar el pH de la piel.

  6. Exfoliación regular: Exfolia la piel grasa al menos dos veces por semana para eliminar las células muertas, limpiar los poros en profundidad y prevenir la acumulación de toxinas. Los exfoliantes químicos suaves con ácido salicílico o ácido glicólico son recomendables, ya que penetran en los poros y los limpian eficazmente.

  7. Hidratación adecuada: Aunque la piel grasa necesita evitar productos pesados, la hidratación sigue siendo crucial. Usa emolientes ligeros que mantengan la piel suave sin aportar grasa extra. Los geles y lociones ligeras con ingredientes como el aloe vera o el ácido hialurónico son ideales.

Consejos generales para el cuidado de la piel grasa

  • Elige productos ligeros y no comedogénicos: Los ingredientes grasos en las cremas deben ser cuidadosamente seleccionados para evitar obstruir los poros. Opta siempre por productos etiquetados como no comedogénicos.

  • Controla la limpieza: Aunque es tentador limpiar la piel grasa en exceso, hacerlo puede causar un rebote en la producción de sebo. Usa limpiadores suaves que no eliminen los aceites naturales de la piel.

  • Usa mascarillas de arcilla: Estas mascarillas ayudan a absorber el exceso de grasa y a limpiar profundamente los poros. Son perfectas para equilibrar la producción de sebo cuando se usan de 1 a 2 veces por semana.

  • Evita productos agresivos: Algunos productos astringentes demasiado fuertes o con altos niveles de alcohol pueden resecar la piel en exceso, lo que provoca que las glándulas sebáceas produzcan más grasa como compensación. Usa tónicos sin alcohol o astringentes suaves.

  • Cuidado con el sol: La exposición al sol sin protección puede causar daños y aumentar la producción de sebo. Usa un protector solar libre de aceite para proteger la piel sin agravar el problema de la grasa.

Resumen

La piel grasa necesita un equilibrio entre la limpieza, la hidratación y el control del sebo. Con el uso adecuado de productos ligeros, no comedogénicos, y una rutina de limpieza y exfoliación regular, es posible controlar el brillo, reducir las imperfecciones y mantener la piel saludable. Recuerda que, aunque el sebo en exceso puede ser problemático, la hidratación sigue siendo un paso crucial en el cuidado de la piel grasa.

Cuidado de la Piel Seca: Características, Necesidades y Consejos para Mantenerla Saludable

La piel seca es un tipo de piel que se caracteriza por la baja producción de lípidos (grasas naturales) necesarios para retener la humedad. Esta condición puede llevar a la deshidratación, la pérdida de elasticidad y, en algunos casos, descamación e irritación. En este artículo, exploraremos las características, necesidades y los mejores consejos para el cuidado de la piel seca.

A. Características de la piel seca

La piel seca produce menos lípidos de lo necesario, lo que afecta su capacidad para retener agua. Como resultado, esta piel suele ser más fina, con menos flexibilidad y elasticidad. Esta falta de hidratación puede causar descamación, ya que los corneocitos (células en la capa más externa de la piel) no se "cementan" adecuadamente debido a la escasez de lípidos, lo que también provoca picor y molestias.

La barrera hidrolipídica alterada es una característica común de la piel seca, lo que la hace más sensible y reactiva. Al estar debilitada esta barrera, la piel se vuelve más vulnerable a los factores externos, como el clima, los productos agresivos y la contaminación. Las pieles sensibles, que suelen ser secas, necesitan ingredientes oclusivos para retener la humedad y restaurar su barrera protectora.

B. ¿Qué necesita la piel seca?

El cuidado de la piel seca debe centrarse en productos que hidrate profundamente, nutra la piel y proporcionen una barrera oclusiva que ayude a retener la humedad. Aquí te presentamos los elementos clave que la piel seca necesita:

  • Productos hidratantes: Que penetren las capas superficiales de la piel para restaurar la humedad.
  • Emolientes: Ingredientes que suavizan y calman la piel, como aceites vegetales.
  • Ingredientes oclusivos: Como las mantecas y los aceites que ayudan a crear una barrera protectora para evitar la pérdida de agua.

C. Consejos generales para el cuidado de la piel seca

  1. Usa cremas más densas y nutritivas: Las cremas ricas en nutrientes son esenciales para la piel seca, ya que proporcionan los lípidos que le faltan y ayudan a restaurar la barrera hidrolipídica. Busca fórmulas que incluyan ingredientes como la manteca de karité o el aceite de aguacate.

  2. Evita el agua muy caliente: Aunque puede ser tentador usar agua caliente, especialmente en invierno, esto puede empeorar la sequedad de la piel. El agua caliente dilata los capilares de la dermis, lo que aumenta la pérdida de agua a través de la piel. Además, los poros se abren más, lo que facilita la entrada de impurezas y minerales como la cal del agua, agravando la sequedad.

  3. Evita productos con alcohol: Muchos productos contienen alcohol, especialmente las fragancias, que pueden resecar aún más la piel. Lee siempre las etiquetas de los productos y evita aquellos que incluyan alcohol en su fórmula.

  4. Realiza exfoliaciones suaves: Exfoliar la piel es importante para eliminar las células muertas y mejorar la absorción de productos hidratantes. Sin embargo, es crucial optar por exfoliaciones suaves para evitar dañar la barrera de la piel.

  5. Utiliza aceites vegetales emolientes y oclusivos: Los aceites como el de jojoba, almendras o rosa mosqueta son excelentes para nutrir la piel seca, actuando tanto como emolientes (suavizando) como oclusivos (formando una barrera que retiene la humedad).

  6. Cuidado especial en invierno: El frío tiende a reducir la producción de sebo, lo que empeora la sequedad. Durante esta temporada, aumenta el uso de productos nutritivos y oclusivos para compensar la pérdida de lípidos naturales.

  7. Limpieza suave: Evita limpiadores agresivos que eliminen los aceites naturales de la piel. Opta por limpiadores suaves, formulados para pieles secas, que respeten su equilibrio natural.

  8. Ingredientes calmantes si aparece sensibilidad: La piel seca suele ser más sensible. Si notas irritación, elige productos con ingredientes calmantes como el aloe vera o la caléndula para aliviar la piel.

Resumen

La piel seca requiere un cuidado especial para mantener su hidratación y protección. Usar cremas nutritivas, evitar el agua caliente y los productos con alcohol, y optar por aceites vegetales son pasos clave para asegurar que la piel se mantenga saludable, suave y protegida. Con los cuidados adecuados, es posible minimizar la incomodidad y maximizar la hidratación de la piel seca, especialmente en climas fríos o condiciones que exacerban la sequedad.

Tipos y Estados de la Piel: Cómo Evoluciona Tu Piel con el Tiempo y Cómo Cuidarla

 

Tipos de Piel y su Evolución: Un Enfoque Moderno

Hoy en día, entendemos que la piel no permanece estática a lo largo de la vida. Más que hablar de un tipo de piel fijo, es fundamental centrarse en su estado actual, que puede cambiar según diferentes factores como la edad, el clima, la alimentación o la salud. Este enfoque más moderno nos permite adaptar mejor el cuidado de la piel a sus necesidades reales.

La Evolución de la Piel

Sabemos que la piel evoluciona con el tiempo y las circunstancias personales. Una piel que fue grasa puede, en algún momento, volverse deshidratada o sensibilizada, lo que resulta en un cambio notable en su apariencia y función. Por eso es más importante que nunca observar el estado actual de la piel para darle los cuidados adecuados.

Por ejemplo, una persona puede tener la piel grasa en verano, cuando el calor y la humedad estimulan la producción de sebo. Sin embargo, en invierno, el aire frío y seco puede disminuir esta producción, resultando en una piel más seca.

Este entendimiento nos lleva a personalizar el cuidado de la piel según su estado actual, en lugar de seguir un patrón fijo que no tenga en cuenta los cambios naturales que la piel experimenta. A pesar de esto, es útil conocer los tipos de piel tradicionales, ya que ofrecen una base para entender cómo se comporta la piel en distintos contextos.

Clasificación de los Tipos de Piel

La clasificación tradicional de la piel se basa en cinco indicadores clave. Aunque el enfoque moderno prioriza el estado actual de la piel, esta clasificación sigue siendo útil para identificar tendencias generales. A continuación, desglosamos los principales tipos de piel y los factores a tener en cuenta.

1. Secreción Sebácea

Este es el indicador más importante para identificar el tipo de piel, ya que afecta significativamente cómo debemos formular productos y ajustar los cuidados:

  • Piel seca: Baja secreción de sebo, tendencia a la descamación y la tirantez.
  • Piel mixta: Áreas grasas (generalmente en la zona T) y áreas secas o normales.
  • Piel grasa: Alta producción de sebo, lo que puede generar brillos y predisposición a imperfecciones.

En general, la secreción sebácea es el factor más importante a la hora de identificar el tipo de piel, ya que condiciona la mayor parte de las necesidades de cuidado.

2. Grado de Hidratación

La hidratación es otro aspecto clave para el cuidado de la piel. Un buen nivel de hidratación ayuda a mantener la elasticidad y la barrera protectora de la piel.

  • Piel deshidratada: Común en la mayoría de las pieles adultas, especialmente después de los 30 años. La piel puede sentirse tirante y tener un aspecto apagado.
  • Piel eudérmica: Es la piel considerada normal y equilibrada, más común en niños y preadolescentes.

3. Sensibilidad

La piel sensible puede ser un estado temporal o permanente. Es importante distinguir entre los diferentes niveles de sensibilidad para poder adaptarse al tratamiento correcto:

  • Piel sensible: Piel que reacciona fácilmente a irritantes o factores externos.
  • Piel sensibilizada: Una piel que no es naturalmente sensible, pero que ha sido irritada o alterada por algún factor concreto, como una alergia o exposición a productos inadecuados.
  • Piel reactiva: Reacciona ante estímulos como ciertos alimentos, temperaturas extremas o radiación solar, pero en ausencia de estos factores, no muestra signos de sensibilidad.

4. Edad

El paso del tiempo también influye en el estado de la piel. La producción de sebo, la elasticidad y la regeneración celular varían según la edad:

  • 25-39 años: Se mantiene un equilibrio en la producción de sebo y elasticidad.
  • 40-49 años: Comienzan a notarse los primeros signos de envejecimiento, como pérdida de firmeza y líneas de expresión.
  • 50 años o más: Disminuye la producción de sebo y la capacidad de regeneración celular, lo que puede llevar a una piel más seca y frágil.

5. Patologías

Es importante tener en cuenta las patologías de la piel, ya que estas condiciones pueden requerir un cuidado más específico y delicado. Algunas de las patologías más comunes incluyen:

  • Acné: Piel propensa a la formación de comedones y granos debido al exceso de sebo y obstrucción de los poros.
  • Dermatitis atópica: Una condición crónica que causa inflamación, enrojecimiento y picazón.
  • Psoriasis: Enfermedad autoinmune que causa la acumulación rápida de células en la superficie de la piel, resultando en manchas rojas y escamosas.
  • Rosácea: Afección crónica que provoca enrojecimiento y, en algunos casos, protuberancias similares al acné.
  • Dermatitis seborreica: Causa manchas escamosas, piel roja y caspa.

La Relación entre Grasa y Agua en la Piel

La proporción de grasa y agua en el manto hidrolipídico de la piel es lo que determina su tipo. Si la cantidad de grasa es mayor que la de agua, se considera una piel grasa, mientras que si hay más agua que grasa, se considera una piel seca. Este equilibrio puede cambiar según el estado actual de la piel.

Además, una piel sana tiene la capacidad de regular su pH frente a variaciones, es decir, puede "tamponar" los cambios. Sin embargo, si la piel sufre agresiones continuas, esta capacidad se ve disminuida, lo que puede derivar en sequedad, irritación o sensibilidad.

Conclusión

El enfoque moderno en el cuidado de la piel reconoce que la piel evoluciona constantemente. Factores como el clima, la salud, la edad y el entorno influyen en su estado actual, por lo que es crucial adaptar el tratamiento a las necesidades presentes de la piel. Aunque los tipos de piel tradicionales siguen siendo útiles para entender las bases del cuidado, lo más importante es tratar la piel según su estado actual para mantenerla saludable y protegida.

martes, 3 de septiembre de 2024

Descubre el Secreto del Manto Hidrolipídico: La Barrera Natural que Protege tu Piel

Es una mezcla de sebo y sudor, que protege a la epidermis. El pH fisiológico de la piel, es consecuencia de las secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas que entre otras cosas excretan, ácido láctico y grasa (compuesta por ácidos grasos), respectivamente. Esta grasa natural de piel junto con el agua del sudor, forma una barrera protectora de la piel llamado manto hidrolipídico de la capa cornea.

Composición

Ø  1-Sudor

·       Agua

·      NMF (Factor de hidratación natural). Sustancias que favorecen la retención de agua en la piel impidiendo que salgan al exterior y contribuyendo a su equilibrio:

o   Aminoácidos libres (40%), sales minerales (18%), PCA (12%), lactatos (12%), urea (7%), y azucares (4%)

Ingredientes Cosméticos basado en la composición del sudor.

·         Agua

·         NMF:

o   Aminoácidos libres: Proteína hidrolizada

o   PCA (sustancias humectantes): Humectantes

o   Urea: Urea

o   Lactatos: Ácido láctico (humectante)

o   Sales minerales: No se incluyen cosméticos, es a partir de la ingesta

o   Azúcares: Trehalosa (ejemplo), humectantes

 

Ø  2-Sebo

·         Triglicéridos (50%)

·         *Ácidos grasos libres (10-25%)

·         Ceras y esteres (20%)

·         Escualeno (5-10%)

·         Colesterol (4-5%)

*Igual composición que los A.V naturales utilizados en la cosmética natural. 

Ingredientes Cosméticos basado en la composición del sebo.

·         Triglicéridos: Aceites vegetales

·         Ácidos grasos libres: Aceites vegetales

·         Ceras y esteres: Ceras (abeja, candelilla…)

·         Escualeno: Escualano (más estable que escualeno)

·         Colesterol: No se incorpora de forma directa, es a través alimentación

Estas mismas sustancias no solo forman parte del manto hidrolipídico, sino también del “cemento” de la epidermis. Por tanto incorporarlas en los cosméticos, ayuda a mantener correctamente la piel.

Factores que afectan a la producción de sebo

Ø      1-Clima

·         Frio: Ralentiza la producción, por tanto mayor sequedad

·         Calor: Aumenta la producción de sebo

·         Viento: Puede deshidratar la piel al evaporar la humedad superficial, lo que puede llevar a una sobreproducción de sebo como mecanismo compensatorio para mantener la piel hidratada y protegida

·         Excesiva exposición solar: Disminuye la producción de sebo

Ø      2-Envejecimiento

·         A mayor edad, menor producción de sebo

Ø      3-Genética

Ø      4-Exceso de detergentes

Ø     5- pH

Se puede afirmar que este manto hidrolipídico de la piel, es una crema natural, que nos protege de las agresiones externas. Para que este manto protector sea eficaz, el pH ha de ser aproximarse al pH fisiológico, por tanto, como ya hemos comentado, alterar ese pH puede tener efectos perjudiciales en la piel.

  

 La relación de grasa y agua en esta crema natural, determina tener un tipo de piel u otra. De forma genérica si hay más grasa que agua, se trata de una piel grasa y al contrario seca. Técnicamente, se llama emulsión epicutánea (ya que es la unión de una grasa y aceite).

El desequilibrio de este manto, produce sensibilidad. Una piel sana, tiene la capacidad de regular su pH ante variaciones de este, o lo que es lo mismo, la piel tiene capacidad de tamponar, que es lo que hace normalmente. Pero si sometemos a agresiones a la piel durante mucho tiempo, esta capacidad de tamponar de la piel, pierde su efectividad y aparecen los problemas como la sequedad o piel irritadas. Las pieles seniles y las de los bebés, tampoco son muy eficientes en la capacidad de tamponar, ambas son pieles delicadas.

Como resumen, funciones del manto hidrolipídico:

·         Protege de la deshidratación

·         Impide la entrada de sustancias nocivas al interior gracias a su pH.

·         Minimiza los daños causados por factores ambientales (viento y contaminación).  gracias a sus lípidos y ácidos grasos que crean una capa protectora sobre la piel.

·         Favorece el crecimiento de la flora de la piel, y dificulta el crecimiento de microorganismos nocivos

·         Regula el pH de la piel

En definitiva, la emulsión epidérmica, es un componente clave para mantener la piel saludable y protegida. La mezcla de grasas y agua actúan como hidratantes naturales y de barrera protectora, y contribuye al equilibrio de nuestro microbioma cutáneo.