AromaCosmética: agosto 2025

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¡Bienvenido a Aromacosmética! Soy biólogo y especialista en química cosmética con una amplia trayectoria en formulación natural y aromaterapia científica. Durante años he profundizado en el estudio de los aceites esenciales y la cosmética natural, desde la perfumería hasta la dermocosmética. Aquí aprenderás a crear fórmulas efectivas con ingredientes puros. Descubre, aprende y transforma tu rutina con lo mejor de la naturaleza.

jueves, 28 de agosto de 2025

Como calcular la estabilidad de una emulsión

Cuando una emulsión se corta, solemos pensar en la batidora, el vaso o la temperatura. Pero previamente a realizar la emulsión,  hay un valor determinante: la relación entre emulsionante y aceites vegetales (A.V.).

La fórmula de estabilidad.

El cálculo es simple:

  • Si el número es alto (más emulsionante o menos aceites) → emulsión más estable.
  • Si el número es bajo (menos emulsionante o más aceites) → emulsión más crítica.

Dicho de forma clara: cuanto más equilibrada esté la proporción, más fácil será que la emulsión “se aguante”.

Aclaración “ Emulsión equilibrada”:

Una emulsión equilibrada significa que hay suficiente emulsionante para sujetar bien toda la fase oleosa. No sobra, pero tampoco falta. Es como una pared: si tienes muchos ladrillos (aceites) y poco cemento (emulsionante), se cae; si tienes demasiado cemento, la pared queda rígida y pesada. La estabilidad está en el punto medio.

Rango 1: 7–15 % de aceites vegetales en nuestra fase oleosa.

Cuando la fase oleosa es pequeña, cuesta más mantener estable la emulsión. Por eso, en este rango se necesita más emulsionante proporcionalmente.

  • Aplicando la fórmula anterior: Valores estables: 0,30–0,55.
  • En proporciones reales:
    • 0,30 ≈ 1:3,3 → 23 % emulsionante y 77 % aceites.
    • 0,55 ≈ 1:1,8 → 35 % emulsionante y 65 % aceites.

Si tu fórmula cae por debajo de 0,30, la emulsión probablemente se corte. Si está cerca de 0,55, será muy estable pero puede sentirse más densa o pesada.

Rango 2: 16–25 % de aceites vegetales en nuestra fase oleosa.

Aquí la fase oleosa ya es grande, y la emulsión se sostiene mejor por sí sola. Eso significa que puedes trabajar con menos emulsionante relativo.

  • Aplicando la fórmula anterior: Valores estables: 0,25–0,45.
  • En proporciones reales:
    • 0,25 ≈ 1:4 → 20 % emulsionante y 80 % aceites.
    • 0,45 ≈ 1:2,2 → 31 % emulsionante y 69 % aceites.

En este rango, un valor cercano a 0,25 dará emulsiones más ligeras; cerca de 0,45 serán más robustas y densas.

Lo que nos enseña esta fórmula

  • Valores altos dentro de cada rango → más emulsionante, más seguridad de estabilidad.
  • Valores bajos → menos emulsionante, mayor riesgo de separación.
  • Excepciones: el tipo de aceites y de emulsionante también influyen. Una fórmula puede ser estable incluso fuera del rango si la combinación de ingredientes ayuda (ej. co-emulsionantes, gomas, mantecas sólidas).

Consejos prácticos

  • Si tu emulsión se corta:
    • Aumenta el emulsionante (si no superas su % máximo permitido).
    • O reduce los aceites vegetales.
  • Si la fórmula cae por debajo del rango mínimo, puedes salvarla con una goma estabilizante o coemulsionantes.
  • Si se acerca demasiado al rango máximo, el producto será estable, pero quizá demasiado denso para el uso previsto.

En resumen: este cálculo no es matemático exacto, pero sí una guía muy útil. Te ayuda a anticipar si una emulsión puede ser estable antes de hacerla y a corregir el rumbo si algo falla.

 

La red lamelar: el esqueleto invisible de una emulsión

Cuando formulamos cosmética, solemos hablar de fases acuosas y oleosas, pero lo que realmente mantiene todo unido es una estructura poco visible pero fundamental: la red lamelar. Entenderla cambia la forma en la que vemos las emulsiones.

¿Qué es la red lamelar?

La red lamelar es una organización en capas alternas de grasa y agua, como si fueran ladrillos (grasas) y cemento (agua).

El emulsionante actúa como “arquitecto” que ordena esas capas.

Gracias a esta estructura:

  • La emulsión se mantiene estable.
  • Se consigue textura cremosa y consistente.
  • Se regula la liberación de agua y activos.

El factor clave: la proporción emulsionante/fase oleosa

El principal determinante de la estabilidad de la red lamelar es la relación entre la cantidad de emulsionante y la cantidad de aceites/mantecas.

  • Si hay poco emulsionante para mucha fase oleosa → la red no se organiza y la emulsión se corta.
  • Si hay suficiente emulsionante → la red se forma sólida y resistente.

Ejemplo: un 3 % de emulsionante para un 9 % de aceites nos da una relación de 1:3, al límite pero viable. Si subimos a 4 % el emulsionante,  ganamos seguridad y estabilidad.

Otros factores que afectan a la red lamelar

Además del ratio emulsionante/fase oleosa, hay otros aspectos que pueden reforzar o debilitarla:

  • Tipo de lípidos: las mantecas sólidas (karité, kokum, cacao) requieren más emulsionante que aceites fluidos (almendra, jojoba).
  • Co-emulsionantes: alcoholes grasos como el cetílico ayudan a reforzar la red. 
  •  Temperatura: ambas fases deben alcanzar la temperatura mínima de fusión de la fase oleosa y estar a la misma temperatura con un margen de +/- de 5ºC . Se pueden retirar del baño maría antes de que se alcance la Tª de fusión teórica, una vez la fase oleosa se ha fundido, pero hay que tener en cuenta que al mezclarlas para realizar la emulsión la temperatura bajará y eso puede afectar a la emulsión.
  • Tamaño de lote y batido: en lotes pequeños, una batidora demasiado potente mete aire en vez de formar bien la red.

 Por qué importa entender la red lamelar

La próxima vez que una emulsión se te corte, probablemente no fue “culpa de la batidora”, sino de una red lamelar débil. Ajustar la relación emulsionante/fase oleosa y cuidar los factores clave es lo que marca la diferencia entre una fórmula inestable y una emulsión cremosa, estable y profesional.

En resumen: la red lamelar es la estructura que mantiene estable una emulsión. Su fortaleza depende sobre todo de la proporción emulsionante/fase oleosa, y se ve influida por el tipo de grasas, co-emulsionantes, temperatura y proceso. Entenderla es la base para formular con criterio y evitar fracasos.

viernes, 15 de agosto de 2025

Aceites vegetales ideales según tu tipo de piel: una guía clara y científica

En esta tabla encontrarás qué necesita cada tipo de piel a nivel lipídico y qué aceites vegetales lo cubren mejor:


ACLARACIONES:

Piel normal: está equilibrada en todo el rostro. Buena hidratación, poros finos, sin exceso de sebo ni zonas resecas. Es una piel sana y armoniosa en su función barrera y producción lipídica.

Piel mixta: es descompensada. Presenta zonas grasas (T: frente, nariz, barbilla) y zonas secas o normales (mejillas). Es muy común en adultos jóvenes y requiere un enfoque cosmético multifocal: seborregulación en la T y nutrición suave en el resto.

¿Existen pieles normales en adultos?

Rara vez. Tras la adolescencia, la piel tiende a desequilibrarse por múltiples factores:

  • Cambios hormonales (estrés, ciclos menstruales, embarazo, menopausia)
  • Factores ambientales (radiación UV, polución, clima seco o húmedo)
  • Cosméticos inadecuados o tratamientos agresivos
  • Disminución de la función barrera y lípidos con la edad

En dermatología, el término "piel normal" se usa como un referente teórico:

  • Piel sin alteraciones, equilibrada en lípidos e hidratación, sin inflamación ni desequilibrio microbiológico.

 En adultos, lo más habitual es encontrar pieles mixtas, deshidratadas, sensibles o con tendencia grasa o seca.