Aguas florales o hidrolatos: excelentes tónicos.

Cuando se destila una planta aromática se obtienen dos productos ambos muy valorados:

• Agua destilada o hidrolatos. La parte mayoritaria del proceso de destilación, enriquecida con los apreciados residuos de aceite esencial de la planta que se ha destilado.
• Aceite esencial. La otra parte, que es la minoritaria (debido al poco rendimiento de las plantas aromáticas en aceites esenciales) en el proceso de destilación.

Se puede observar la pequeña línea superior de aceite y el resto que es casi todo hidrolato

En la foto anterior, podemos observar un embudo de decantación, con los dos productos obtenidos en el proceso de destilación por alambique, en el que se puede observar en la parte superior la pequeña parte de aceite esencial y justo debajo el hidrolato (con restos de aceite esencial) que es la parte mayoritaria

Por tanto, el hidrolato, es un agua purificada (debido a las altas temperaturas del proceso de destilación) y por suerte para nuestra piel, con restos de aceite esencial.  El hidrolato, contiene en torno al 5% de aceite esencial, en función del tipo de planta, proceso de destilación...etc.

Los hidrolatos, son excelentes tónicos naturales, es decir; cierran los poros y eliminan restos de la leche limpiadora. También hidratan y facilitan la penetración de los principios activos del tratamiento corporal o crema cosmética que utilizamos con regularidad.

A estas propiedades generales, hay que añadir las propias del aceite esencial en concreto, por ejemplo el agua de lavanda como funciones principales tiene: cicatrizante, especialmente hidratante en pieles grasas y con acné…etc. y el agua de manzanilla es: antiinflamatoria, calmante de la piel, descongestiona los ojos…etc. Por tanto en función del efecto deseado y del tipo de piel, debemos elegir un tipo u otro tipo de hidrolato.

En cuanto al precio, los verdaderos hidrolatos obtenidos por destilación de plantas aromáticas tienen un precio medio. Hay que rechazar cualquier producto semejante con precios sensiblemente baratos, ya que no son más que agua destilada con aceites esenciales artificialmente incorporados que muchas veces son sintéticos o de laboratorio, y sin fitoactivos de la planta. Por lo tanto, este tipo de aguas, no son tan ricas en propiedades como las obtenidas por destilación de las plantas aromáticas,  perdiendo así todos los beneficios que nos pueda aportar el  hidrolato natural.