El pH es un factor clave en la acidez o alcalinidad de cualquier medio acuoso, y juega un papel crucial en el cuidado de la piel. En el ámbito de la cosmetología, es importante recordar que solo se mide el pH en productos que contienen agua.
¿Qué es el pH y cómo afecta a tu piel?
La escala del pH varía de 0 a 14, siendo 7 el valor neutro. Valores por debajo de 7 indican acidez, mientras que valores por encima de 7 señalan alcalinidad. Los extremos de esta escala, es decir, valores cercanos a 0 o 14, corresponden a sustancias potencialmente peligrosas, como ácidos o bases fuertes, que pueden ser perjudiciales para la piel.
El pH ideal para la piel
El pH de la piel varía entre 4 y 7, con un promedio de 5-5,5, que es ligeramente ácido. Este rango es ideal para los cosméticos, ya que ayuda a mantener la piel en equilibrio, evitando daños y preservando su función de barrera protectora contra microorganismos.
Es fundamental elegir productos que respeten el pH fisiológico de la piel. Aunque algunos productos presumen de ser "neutros", con un pH de 7, es importante saber que este valor se aleja del pH natural de la piel, lo que puede alterar su equilibrio y función.
Mantén tu piel en su pH óptimo
Para que la piel luzca saludable y funcione eficientemente, es esencial mantener su pH fisiológico entre 5 y 5,5. Este pH ligeramente ácido evita la proliferación de patógenos y favorece el crecimiento de la flora bacteriana beneficiosa.
Factores que influyen en el pH de la piel
El pH de la piel no es constante y varía según diferentes factores, incluyendo:
Zonas del cuerpo:
- Rostro y cuerpo: pH óptimo 4,5-6.
- Boca: pH óptimo 6-7,5 (importante para colutorios y pastas dentales).
- Cuero cabelludo: pH óptimo 4,5-5,5.
- Contorno de ojos: pH de 5-5,5, similar al resto del rostro.
- Mucosa vaginal: pH óptimo 3,8-4,5 (sin menstruación), 7 (con menstruación y menopausia).
- Axilas: pH de 6.
Edad: El pH de la piel cambia con la edad, volviéndose más alcalino con los años, lo que puede predisponerla a problemas como arrugas y pigmentación.
Sexo: La piel masculina tiende a ser más ácida que la femenina debido a una mayor producción de sebo.
Consecuencias de alteraciones prolongadas del pH
- pH < 4,5 (ácido): Puede causar sobreexfoliación, dejando la piel más expuesta a infecciones y provocando inflamación y enrojecimiento.
- pH > 6 (alcalino): Favorece el crecimiento de bacterias nocivas, como el Staphylococcus aureus, y puede causar sequedad e infecciones.
Factores que alteran el pH de la piel
Varios factores pueden modificar el pH de la piel, entre ellos:
- Secreción sebácea: Una mayor producción de sebo hace que el pH sea más ácido, mientras que una menor producción lo hace más alcalino.
- Sexo y edad: Hombres y mujeres tienen diferentes rangos de pH, influenciados por la producción de sebo, que también cambia con la edad.
- Factores externos: Productos de higiene, tabaco, agua dura, radiación solar, y la contaminación pueden descomponer el manto ácido de la piel, afectando su capacidad de protección.
- Patologías de la piel: Afecciones como dermatitis atópica y acné también alteran el pH natural de la piel.
pH y cosméticos: ¿Por qué es tan importante?
Para mantener una piel sana, es crucial ajustar el pH de los cosméticos a un valor de 5,5. Este pH es el más compatible con la piel y ayuda a evitar irritaciones. Es especialmente importante para personas con piel sensible o propensas a irritaciones.
Algunos ingredientes de los cosméticos pueden alterar el pH:
- Tensioactivos: Elevan el pH, especialmente en productos limpiadores como champús.
- Alfahidroxiácidos y vitamina C: Mantienen un pH bajo, alrededor de 4, lo cual es adecuado para sus funciones específicas, aunque deben usarse con precaución en pieles sensibles.
Cómo ajustar el pH de tus cosméticos en casa
- Para aumentar el pH (más básico): Añade lentamente una solución de bicarbonato sódico o sosa en agua destilada hasta alcanzar el pH deseado.
- Para disminuir el pH (más ácido): Añade una solución de ácido cítrico o láctico en agua destilada, comprobando con tiras de pH hasta lograr el pH adecuado.
Recuerda que el pH solo se mide en soluciones acuosas. Los aceites y grasas no tienen pH, por lo que no es posible medirlo en ungüentos.