Nota: En este artículo voy a utilizar indistintamente los términos, hidrolatos y agua floral ya que hacen referencia al mismo producto.
Solo podemos denominar hidrolatos o aguas florales al agua que se obtiene producto de una destilación de una planta aromática.
En el mercado hay un tipo de productos que les denominan aguas florales y que no son mas que agua destilada a la que se ha añadido aceites esenciales sintéticos. Estas aguas no contienen ninguna propiedad y consumirlos podría ocasionarnos una grave intoxicación. Este tipo de productos debemos descartarlos. Solo debemos utilizar aquellas aguas que provienen de una destilación de plantas aromáticas. La forma de quedarnos tranquilos y saber que es un producto natural, es que en su etiquetado nos indiquen que es un agua procedente de la destilación de una planta aromática y pura, sin aditivos ni aceites esenciales sintéticos.
Las aguas florales naturales son muy valoradas en cosmética e incluso en la cocina por su altas propiedades y por ser muy aromáticas. No es un agua cualquiera, ya que ella podemos encontrar una pequeña cantidad de aceite esencial, y sustancias hidrosolubles de la planta, que en conjunto son los que le confieren todas las grandes propiedades a los hidrolatos.
Existen tantas aguas florales como plantas aromáticas se destilen. Por tanto es fácil deducir que cada agua floral contiene diferentes propiedades en función de la planta aromática destilada.